Cuadragesimosexto
Día
Síntesis General de la Sabiduría Hiperbórea :
En el Día anterior mencioné “una
Estrategia que los Dioses Leales emplean para contrarrestar a ‘la Cultura ’, arma estratégica
enemiga” y expliqué la misma, por medio de una alegoría, como consistente en un
mensaje carismático. Dicho mensaje perseguía dos objetivos: 1ro.: despertar; 2do.: orientar hacia la “salida secreta”, “centro”, u “Origen”; y, en aquel
ejemplo particular, la “salida” se hallaba luego de descubrir “la anilla”, o
sea luego de haber hecho consciente el principio
del cerco. Sin embargo la segunda parte del mensaje, la Canción de A-mort brindaba, a quien la
escuchara, la posibilidad de “hallar la salida”, por otras seis vías diferentes
a la Oposición
Estratégica , que se basa en el principio del cerco. De
cualquier manera esta Estrategia tal como la he descripto, con sus siete
posibles vías de liberación, responde a objetivos puramente individuales, es
decir, es dirigida exclusivamente hacia el hombre dormido. Por eso ahora me
toca declarar que la misma forma parte, la parte “individual”, de una
concepción mayor, a la que se denomina Estrategia Odal.
Preguntaba qué será concretamente esa cosa maravillosa
llamada Gral. Empezaré por allí.
Concretamente el Gral es una Piedra, un Cristal, una Gema; de esto no caben
dudas. Pero no es una Piedra terrestre;
de esto tampoco caben dudas. Si no es una Piedra terrestre cabe preguntarse
cuál es su origen: la
Sabiduría Hiperbórea afirma que proviene de Venus pero no asegura que ése sea su origen. Se
puede suponer, pues, a falta de otra precisión, que los Señores de Venus la
trajeron a la Tierra ,
desde ese planeta verde. Pero los “Señores de Venus” no son originarios de
Venus sino de Hiperbórea, un “centro original” que no pertenece al Universo
material y cuyo “Recuerdo de Sangre” ha llevado a muchos hombres dormidos a
identificarlo erróneamente con un “continente nórdico” o “polar desaparecido”.
Según la
Sabiduría Hiperbórea el Gral fue traído al Sistema Solar por
los Dioses inmediatamente después de que
irrumpieron por la Puerta
de Venus para instalarse en K'Taagar, o sea en el Valhala. Sea como fuere,
hay otro aspecto concreto que conviene tener en cuenta: el Gral es una Gema que
reviste la mayor importancia para los Dioses, a tal punto que Ellos no están dispuestos a abandonarlo o
perderlo. Por camaradería y solidaridad hacia los hombres dormidos lo han
situado en el Mundo; pero al final del Tiempo, el Gral será recuperado y
devuelto a su lugar de Origen.
¿A qué se debe este interés sin medida
por conservar la misteriosa Gema? A que la misma ha sido quitada
momentáneamente de La Más
Bella Joya que se haya visto nunca en el Universo de El Uno,
de aquella alhaja que nadie sería capaz de imitar en éste ni en otros Mundos:
ni los Maestros Orfebres ni los Devas Constructores ni los Angeles Planetarios,
Solares o Galácticos, etc. Porque el Gral es una Gema de la Corona de Kristos Lúcifer,
Aquél que es más Puro que el más Puro de los Dioses Leales, el único que puede
hablar Cara a Cara con el Incognoscible. Kristos Lúcifer es quien estando en el Infierno está más allá del
Infierno. Pudiendo quedarse en Hiperbórea, a la luz del Incognoscible,
Kristos Lúcifer ha querido acudir en rescate de los Espíritus cautivos
protagonizando el incomprensible sacrificio de Su propia autocautividad. El se ha instalado como Sol Negro del Espíritu,
“iluminando” carismáticamente, desde “atrás” de Venus, por intermedio del
Paráklito, directamente en la sangre de los hombres dormidos.
¿Cómo una Gema del Gallardo Señor se
ha mancillado cayendo aquí, a la
Tierra , una de las cloacas más repugnantes de los Siete Infiernos?
Porque El así lo ha dispuesto. Kristos Lúcifer ha entregado el Gral a los
hombres como garantía de su
compromiso, de su sacrificio, y como
prueba material irrefutable del Origen Divino del Espíritu.
El Gral es, en este sentido, un reflejo del Origen Divino, el cual
habrá de guiar como un faro el rumbo vacilante de los Espíritus Rebeldes que
decidan abandonar la esclavitud de Jehová Satanás.
Ya ha visto lo que el Gral es: una
Gema de la Corona
de Kristos Lúcifer; verá ahora lo que el Gral representa para los Espíritus cautivos. Ante todo el Gral se halla
ligado a la encarnación de los Espíritus y su significado
primero debe buscarse en relación con tal Misterio. Ello se explica si tenemos
en cuenta que hace millones de años, cuando los Siddhas Traidores se aliaron al
Demiurgo Jehová Satanás para carnalizar a los Espíritus Hiperbóreos, Kristos
Lúcifer entregó su Gema para que la Verdad del Origen Divino pudiera ser vista con
ojos mortales. Por eso el Gral, puesto en el Mundo como prueba del Origen
Divino del Espíritu, da sentido a todos
los linajes hiperbóreos de la
Tierra. Por él la sangre de los hombres, aún sumidos en la más
tremenda confusión, reclamará siempre su herencia extraterrestre.
La presencia del Gral, en principio, impide al Enemigo negar los ancestros
hiperbóreos. Pero así como el Gral da un sentido cósmico a la Historia del hombre,
conectándolo con la Raza
eterna de los orígenes, y diviniza
los linajes hiperbóreos de la
Tierra , así también para el Demiurgo, por la presencia del
Gral, dichos linajes pasan a ser “motivo de escándalo” y objeto de la
persecución y el escarnio, del castigo y del dolor. Los Divinos linajes hiperbóreos serán, a partir del Gral, linajes heréticos “condenados para
siempre” (un manvantara) por Jehová Satanás. El Gral ha venido a despertar
recuerdos indeseables, a valorizar el pasado del hombre; será entonces el
recuerdo y el pasado lo que más se atacará y a borrar su influencia apuntará en
gran medida la
Estrategia Sinárquica. Si se es capaz de advertir este
ataque, que es evidente para la mirada gnóstica, se comprenderá con mayor
profundidad la función histórica del
Gral. A ponerlo en evidencia dedicaré los siguientes párrafos.
El principal crimen del hombre ha sido
negar la supremacía de “Dios”, es decir, del Demiurgo terrestre Jehová Satanás,
y rebelarse a su esclavitud. Pero el hombre es un ser miserable, inmerso en un
Infierno de Ilusión en el que se siente insensatamente “a gusto”, sin
posibilidades de romper el hechizo por sí mismo. Si ha negado al Demiurgo y se
ha “rebelado” ha sido en virtud de un agente exterior, pero: ¿qué “cosa” en el
Mundo puede ser capaz de despertar
al hombre, de abrir sus ojos a la
divinidad olvidada? “Si tal cosa existe, dirán los Demonios, es el objeto más
abominable de la Creación
material”. Pero esa “cosa”, ese “objeto abominable”, no es de este Mundo y de
él ha “comido” el hombre-Espíritu-cautivo. Ese “fruto verde”, que más tarde
llamarán Gral, es un alimento que nutre con la gnosis primordial, es decir, con el conocimiento sobre la Verdad de los orígenes. Por
el Gral, fruto prohibido por excelencia, el hombre sabrá que es Eterno, que
posee un Espíritu Divino encadenado a la materia, que procede de un Mundo
imposible de imaginar desde el Infierno
terrestre pero por el que siente
nostalgia y al que desea regresar.
¡Por
el Gral el hombre ha recordado!
He aquí su primer crimen. Recordar el
Origen Divino será, en adelante, un terrible pecado y quienes lo han cometido
deberán pagar por ello; esa es la
Voluntad del Demiurgo, la “Ley de Jehová Satanás”. Serán sus
Ministros, los Demonios de Chang Shambalá, quienes se encarguen de ejecutar la
condena cobrando el castigo en una moneda que se llama: dolor y sufrimiento. El
instrumento será, naturalmente, la encarnación, repetida mil veces en transmigraciones
“controladas” por la “Ley” del Karma, declarando cínicamente que el dolor y el
sufrimiento son “para bien” de los Espíritus, “para favorecer su evolución”. Si
“el mal” radica en la sangre entonces se la debilitará favoreciendo la mezcla
racial y se la tornará impura envenenándola con el temor del pecado. El resultado será la confusión estratégica del Espíritu y la completa oscuridad sobre el
pasado del hombre. “En el pasado no hay nada digno de ser rescatado”, afirmarán
durante milenios las gentes sensatas, a coro con los Demonios de la Fraternidad. La
Teología, y aún la Mitología ,
hablará sobre el mal del hombre con el lenguaje del Demiurgo: el “pecado”, la
“caída” y el “castigo”. La “Ciencia”, por otra parte, nos mostrará un panorama
más desalentador: “probará”, echando mano de inmundicias fósiles, que el hombre
desciende de un protosimio llamado “homínido” o sea de ese mísero y
despreciable animal hombre que fue el antepasado del hombre dormido. La
“Ciencia” ha llevado el pasado del hombre a su degradación más dramática
vinculándolo “evolutivamente” con los reptiles y gusanos. Para el hombre
moderno ya no habrá ancestros Divinos sino simios y trilobites. Realmente se
necesita partir de un odio sobrehumano para desear que el hombre se humille de manera
tan triste.
Pero dejemos lo triste, seamos
optimistas, ¿para qué mirar el pasado, dirá la Sinarquía con la Voz de la Ciencia y la Teología , si el hombre es
“algo proyectado hacia el futuro”? En el pasado no hay nada digno de respeto:
unos primitivos crustáceos marinos hundidos en el cieno tratando de ganar el
medio terrestre, impulsados por la “evolución”; millones de años después unos
simios deciden hacerse hombres: impulsados nuevamente por la milagrosa “ley de
evolución” se vuelven bípedos, fabrican herramientas, se comunican hablando,
pierden el pelo y entran en la
Historia ; y luego viene la Historia del hombre: los
documentos, la
Civilización , la Cultura. Y en la Historia continúa
implacable la “evolución”, convertida ahora en una ley más inflexible llamada
dialéctica: los desaciertos de la humanidad, las guerras, la intolerancia, el
fascismo, son “errores”; los aciertos, la paz, la democracia, la O.N .U., la vacuna Sabín, son
“éxitos”. De la puja entre éxitos y errores surge siempre un estadio superior,
un beneficio para la
Humanidad futura,
confirmándose la tendencia evolutiva o progresista. ¿Acaso no es esa tendencia
progresista de la Historia
todo lo bueno que cabe esperarse del
pasado?
Por eso seamos optimistas; miremos al
futuro; allí están todos los bienes, todas las realizaciones; el teólogo
asegura que tras un juicio futuro a
los buenos se les abrirán las puertas del paraíso, los rosacruces, masones y
otros teosofistas, sitúan en el futuro el momento en que, concluida
parcialmente la “evolución espiritual”, el hombre se identifica con su mónada,
o sea con su “Arquetipo Divino” y se incorpora a las Jerarquías Cósmicas
dependientes del Demiurgo; y hasta los materialistas, ateos o cientificistas,
presentan una imagen venturosa del futuro: nos muestran una sociedad perfecta,
sin hambre ni enfermedades, en donde un hombre, tecnócrata y deshumanizado,
reina feliz sobre legiones de androides y robots.
No abundaré en detalles sobre un hecho
por demás evidente: se ha intentado borrar
el pasado del hombre desconectando a éste de sus raíces hiperbóreas; no se ha logrado borrar totalmente
dicho pasado, pero, en compensación, se ha conseguido crear una fractura
metafísica entre el hombre y sus ancestros Divinos, de modo tal que, en la
actualidad, un abismo lo separa de los recuerdos primordiales; un abismo que
tiene nombre: confusión. Paralelamente con tan siniestro propósito se ha
“proyectado al hombre hacia el futuro” eufemismo utilizado para calificar a la ilusión del progreso que padecen los
miembros de las Civilizaciones modernas. Tal “ilusión” es generada
culturalmente por poderosas “ideas fuerza” empleadas hábilmente como arma
estratégica: el “sentido de la
Historia ”, la “aceleración histórica”, el “progreso
científico”, la “educación”, “civilización versus barbarie”, etc. Los hombres,
condicionados de ese modo, creen ciegamente en el futuro, miran sólo hacia él,
y aún los fatalistas, que avizoran un “negro futuro”, admiten que si una
excepción imprevisible o un milagro ofrece una “salida” a la Civilización ella se
encuentra, de todos modos, en el “futuro”; el pasado es en cualquier caso
motivo de la indiferencia general.
Este “hecho evidente” representa sin
duda un importante triunfo para la
Sinarquía ; pero un triunfo que no es definitivo. En efecto,
Dr.,Ud. ha visto que la máxima presión de la Estrategia Sinárquica ,
se aplica en borrar el pasado, en
oscurecer el recuerdo del Origen Divino, y que tal ataque se produce como reacción a la acción gnóstica del Gral. Pero el Gral no es sólo un fruto prohibido, consumido por el hombre en los
tiempos remotos, inmediatos a su esclavización.
El Gral es una realidad que permanecerá en el mundo mientras el
último Espíritu Hiperbóreo continúe cautivo. Por el Gral siempre es posible que
el hombre despierte y recuerde.
Mas, para gozar de su gnosis, es
imprescindible comprender que el Gral, como reflejo del Origen, alumbra en la sangre desde el pasado. Su luz viene al
revés del sentido del tiempo y por eso nadie que haya sucumbido a la Estrategia Sinárquica
podrá recibir su influencia. Ya vio que una poderosa Estrategia cultural
“proyecta al hombre hacia el futuro” e intenta borrar su pasado y confundir sus
recuerdos. Pero el Gral no debe buscarse
mirando al futuro pues así jamás será hallado. En rigor de la verdad el
Gral no debe buscarse en absoluto,
si con tal verbo, buscar, entendemos
una acción que implique “movimiento”. Sólo “buscan” el Gral quienes no han
comprendido su significado metafísico y creen, en su ignorancia, que se trata
de un “objeto” que puede ser “encontrado”. Recordaré una de las historias
medievales sobre el Gral que, aunque deformada por su adaptación
judeocristiana, conserva bastantes elementos de la Tradición Hiperbórea.
En ella Parsifal, el loco puro, sale a “buscar” el Gral. Por desconocimiento
comete el desatino de emprender la búsqueda “viajando” caballerescamente por
distintos países. Este “desplazamiento” apunta esencialmente hacia el futuro, porque en todo movimiento hay una
temporalidad inmanente e inevitable, y, naturalmente, Parsifal jamás “encuentra”
el Gral “buscándolo” en el mundo. Pasan así años de búsqueda inútil hasta que
comprende esta simple verdad. Entonces un día, completamente desnudo, se
presenta ante un castillo encantado y, una vez adentro, se le aparece el Gral (no lo encuentra) y sus ojos son abiertos;
advierte entonces que el trono está
vacante y decide reclamarlo, transformándose finalmente en Rey.
Se debe ver en esa alegoría lo
siguiente: Parsifal comprende que el Gral no
debe ser buscado en el mundo (Valplads), a través del tiempo (Conciencia
fluyente del Demiurgo), y decide valerse de una Vía Estratégica Hiperbórea. Para ello se sitúa “desnudo” (sin las premisas culturales preeminentes) en un
castillo (“plaza” fortificada por la ley del cerco) desincronizándose del
“tiempo del mundo” y creando un “tiempo propio”, inverso, que “apunta hacia el
pasado”. Entonces aparece el Gral y
“abre sus ojos” (Recuerdo de Sangre). Parsifal advierte que “el trono está
vacante” (que el Espíritu puede ser recuperado) y decide reclamarlo (se somete
a las pruebas de pureza de las Vías Secretas de Liberación) y se transforma en
Rey (se trasmuta en Hombre de Piedra).
Espero haber dejado en claro que el
Gral no debe buscarse pues él aparece cuando la conciencia del hombre se ha
desincronizado del tiempo del mundo y se ha despojado de la máscara cultural.
Deseo mostrar ahora otro aspecto de la reacción enemiga que ha motivado la
presencia del Gral.
Por el Gral el hombre comete el crimen
de despertar; ha pecado, y el castigo se cobra con la moneda del dolor y el
sufrimiento, por la encarnación y la ley del Karma. Los encargados de velar por
la Ley , y a
quienes más ofende el recuerdo hiperbóreo de los hombres despiertos son los
“ángeles guardianes”, es decir, los Demonios de Chang Shambalá y su Fraternidad
Blanca. Hay, aparte de ésta, una reacción directa
del Demiurgo que conviene conocer. Pero, como tal reacción se ha repetido
muchas veces desde que los Espíritus Hiperbóreos han sido encadenados al yugo
de la carne, una exposición completa debería abarcar un lapso de tiempo enorme,
que va más allá de la
Historia oficial y se pierde en la noche de Atlántida y
Lemuria. Desde luego, no podré embarcarme en un relato semejante y por eso sólo
me referiré a la reacción del Demiurgo en
tiempos históricos, pero no debe olvidarse que todo cuanto se diga sobre
este hecho no es exclusivo de una Epoca,
sino que ya ha sido y seguramente volverá a ser. Una breve introducción le
permitirá comprender tal reacción
directa.
Cuando se plantea la pregunta,
ingenua, sobre ¿cómo son los mundos de donde procede el Espíritu cautivo?,
creyendo que puede haber alguna imagen que represente a la inimaginable
Hiperbórea, la
Sabiduría Hiperbórea suele responder con una figura
metafórica; dice así al ignorante aprendiz: “imagina que una mota de polvo
recibe un débil reflejo de los Mundos Verdaderos, y supón que, luego, dicha
mota es dividida y reorganizada en infinitas partículas. Haz otro esfuerzo de
imaginación y supone ahora que el Universo material que conoces y habitas ha
sido construido con los pedazos de aquella mota de polvo. La Sabiduría Hiperbórea
te dice: si eres capaz de reintegrar en un acto de imaginación la inmensa
multiplicidad del Cosmos en la mota original, entonces, viéndola en su
totalidad, percibirás sólo un débil reflejo de los Mundos Verdaderos. Si eres capaz de reintegrar el Cosmos en
una mota de polvo verás sólo una imagen deformada de la Patria del Espíritu. Eso es
todo cuanto puede conocerse desde aquí”.
La metáfora se torna transparente si
se considera que el Demiurgo ha construido el Universo imitando una torpe y
deformada imagen de los Mundos Verdaderos. Ha insuflado Su Aliento a la Materia y la ha ordenado
con el propósito de “copiar” el débil reflejo que alguna vez recibió desde las
Esferas Increadas. Pero ni la sustancia era la adecuada ni el Arquitecto estaba
capacitado para ello y, sumado a esos males, debe considerarse la intención
perversa de pretender reinar como Dios
de la obra, a semejanza (?) del Incognoscible. El resultado está a la
vista: un Infierno maligno y demencial, en el cual, muchísimo tiempo despúes de
su creación, por un Misterio de A-mort incontables Espíritus Eternos fueron
esclavizados, encadenados a la materia y sujetos a la evolución de la vida.
La característica principal del Demiurgo
es evidentemente la imitación, por
medio de la cual ha intentado reproducir los Mundos Verdaderos y cuyo resultado
ha sido este vil y mediocre Universo Material. Pero es en las distintas partes
de Su Obra adonde se advierte la alucinante persistencia en imitar, repetir y
copiar. En el Universo “el todo” es siempre copia de “algo”: los “átomos”,
todos semejantes; las “células”, que se dividen en pares análogos; los
“animales sociales”, cuyo instinto gregario se basa en la “imitación”; la
“simetría”, presente en infinidad de fenómenos físicos y biológicos; etc. Sin
extenderse en más ejemplos puede afirmarse que la abrumadora multiplicidad
formal de lo real es sólo una ilusión producto del cruzamiento, intersección,
combinación, etc., de unas pocas formas iniciales. En verdad el Universo ha
sido hecho a partir de contados elementos diferentes, no más de veintidós, que
soportan, por sus infinitas combinaciones, la totalidad de las formas
existentes.
Teniendo presente el principio
imitativo que rige la obra del Demiurgo, se puede considerar ahora su reacción directa ante la presencia del
Gral.
Dije que el Gral diviniza los linajes hiperbóreos al probar de manera irrefutable la
verdad del Origen y que la reacción de los Demonios ha sido considerar a los
mismos como linajes heréticos,
merecedores del castigo más terrible.
Pero mientras los Demonios se ocupaban
de castigar a los hombres con las pesadas cadenas del Karma, muy otra sería la
actitud del Demiurgo. El, según su característica, ha querido imitar, y aún superar, a los linajes
hiperbóreos fundando una Raza Sagrada
que lo represente directamente, es decir, que canalice su voluntad, y, por intermedio de la misma, reinar sobre
los Espíritus encarnados. Una “Raza Sagrada” que se levante en el medio mismo
de los pueblos condenados al dolor y al sufrimiento de la vida y que,
triunfando sobre ellos, acabe por infligirles la humillación final de
someterlos a la Sinarquía
de los Demonios. Entonces los linajes hiperbóreos, hundidos en el barro de la
degradación espiritual, exhalarán sus últimos lamentos y esos gritos de dolor,
esos alaridos de espanto, serán la dulce música con que la Raza Sagrada regalará
a su “Dios” Jehová Satanás, el Demiurgo de la Tierra.
Como ya he dicho el Demiurgo ha
intentado muchas veces esta empresa; “los gitanos”, por ejemplo, son el
remanente étnico de una “Raza Sagrada” que prosperó en la última Atlántida,
cuando los Dioses Traidores sometieron a la Sinarquía del Horror a
los linajes hiperbóreos. Los Espíritus encarnados se vieron allí precipitados a
las más infames prácticas: la sangre Divina se degradó y confundió por medio de
la mezcla indiscriminada de Razas, y, lo que es peor, se lograron realizar
ayuntamientos fértiles entre hombres y animales con el concurso de la magia
negra; se inmolaron miles de víctimas humanas para saciar la sed de sangre de
Jehová Satanás, adorado allí en su Aspecto de “Dios de los ejércitos
infernales”. La crueldad, la orgía colectiva, distintas formas de drogadicción,
etc., eran todas “costumbres” que los linajes hiperbóreos habían adoptado
mientras en los ojos de la “Raza Sagrada” brillaba de gozo la mirada del
Demiurgo y la Sinarquía
del Horror ejercía su tiranía de oricalco. En tal estado de degradación ya
nadie era capaz de recibir la luz del Gral ni de escuchar el Canto de los
Dioses. Por eso Kristos Lúcifer decidió manifestarse a la vista de los hombres. Lo hizo, acompañado por una guardia de Dioses Liberadores, y ello determinó el
fin de la Atlántida.. .
Pero esta es una historia antigua. En
tiempos recientes el Demiurgo ha resuelto repetir
nuevamente, a imitación de los linajes hiperbóreos, la creación de una “Raza
Sagrada” que lo represente y a la cual le estará reservado el alto Destino de
reinar sobre todos los pueblos de la Tierra. Con el Pacto de Sangre celebrado entre
Jehová Satanás y Abraham queda fundada la “Raza Sagrada”, y sus descendientes,
los hebreos, constituirán el “Pueblo Elegido”. Así como los Espíritus
Hiperbóreos, divinizados por la presencia del Gral, representan el “linaje
herético” por excelencia, los hebreos, frente a ellos, se presentarán como el
“linaje más puro de la Tierra ”.
Israel, pueblo elegido por Jehová
Satanás para que sea su representante en la Tierra , ¿qué títulos exhibirá como prueba irrefutable de que tal es Su
Voluntad? El Demiurgo, siguiendo su habitual sistema de “imitar”, razona de
este modo: “Si por la Gema
de Kristos Lúcifer, el Gral, ha sido divinizado el linaje hiperbóreo, también
por una ‘Piedra del Cielo’ será consagrada la Estirpe de Abraham. Pondré
en el mundo una Piedra en la cual estará escrita Mi Ley como prueba irrefutable de que Israel es el
Pueblo Elegido, ante el cual deberán humillarse las demás Naciones”.
Tal es la reacción directa del
Demiurgo. Elige de entre la hez de la humanidad al pueblo más miserable y luego
de pactar con él le hace “crecer” a la sombra de Reinos poderosos. Cuando
decide que a la “Raza Sagrada” le ha llegado el momento de cumplir su misión
histórica “renueva el pacto” entregando a Moisés la clave del Poder. Entonces
Israel, el linaje más puro de la
Tierra , atraviesa los milenios y marcha hacia su futuro de
gloria, mientras los Imperios y los Reinos se hunden en el polvo de la Historia. Sin duda
ha sido efectiva la reacción del Demiurgo y poderosos han resultado los efectos
de Su Piedra, la fuerza de Su Ley. Por eso cabe preguntarse ¿qué es en realidad
lo que Jehová Satanás entrega a los hebreos como instrumento de poder y de
dominación universal?; lo repetiré sintéticamente: las “Tablas de la Ley ” contienen el secreto de
las veintidós voces que el Demiurgo pronunció cuando ordenó la materia y por
las cuales ha sido formado todo lo existente. El conjunto de símbolos
contenidos en las Tablas de la Ley
es lo que de antiguo se conoce como Cábala
Acústica. En la
Atlántida este conocimiento fue en principio patrimonio de
otra “Raza Sagrada”, pero, más adelante, los Guardianes del Arte Lítico,
antepasados del cromagnón y padres de la Raza Blanca , llegaron a dominarlo por completo.
“Las Tablas de la Ley ” son entonces “la Piedra ” que el Demiurgo ha
puesto en el Mundo como soporte metafísico de la “Raza Sagrada” a imitación del
conjunto “linaje hiperbóreo/Gral”. Sin embargo, como en todas las
“imitaciones” del Demiurgo, no debe verse aquí una equivalencia demasiado
precisa. El Gral, desde el pasado, refleja para cada uno de los hombres el
Origen Divino y constituye un intento de Kristos Lúcifer por acudir en ayuda de
los Espíritus cautivos o, en otras palabras, la influencia del Gral apunta a lo
individual y a lo espiritual. Las Tablas de la Ley por el contrario, apuntan a lo colectivo,
entre Jehová Satanás y el pueblo hebreo, y, además, su contenido cabalístico
revela las claves que permiten dominar todas las Ciencias materiales.
Si la confusión estratégica, la
encarnación, el encadenamiento a la
Ley del Karma, etc., son males terribles que aquejan a los
Espíritus Hiperbóreos, la convivencia terrestre con una “Raza Sagrada” de
Jehová Satanás es sin duda la más espantosa pesadilla, peor aún que cualquiera
de las desdichas mencionadas. Porque, a partir del “pacto renovado” con Moisés,
la enemistad racial entre los
linajes hiperbóreos (“heréticos”) y el linaje hebreo (“sagrado”) será
permanente y eterna, con la desventaja irreversible para los primeros de que la Voluntad infernal del
Demiurgo se expresará irresistiblemente a través de los segundos.
Después de la “aparición” de Israel
sólo le queda al hombre la alternativa dramática de regresar al Origen o
sucumbir definitivamente.
Escarbando en el mito hebreo de Abel y
Caín, bajo un velo de calumnias, puede apreciarse una descripción acertada de
la enemistad racial y teológica entre hebreos e hiperbóreos. En dicho mito,
Abel, que es pastor de rebaños, representa el tipo básico del hebreo y Caín, el labrador, a la figura del hombre
de linaje hiperbóreo. Cuenta la leyenda que a Jehová Satanás le resultaron
agradables las ofrendas de sangre de Abel el pastor, consistentes en el
sacrificio de los corderos primogénitos “con su grasa”, y en cambio despreció
los “frutos de la tierra” que exhibía Caín. Tal actitud por parte del Dios de la Materia constituyó una
revelación para Caín: el descubrimiento de las verdaderas intenciones del
Creador y la esencia materialista y servil de los pastores. Entonces Caín
decidió matar a Abel, el Alma creada, lo que motivó a Jehová para denunciar que
era portador de una marca que delataba su condición de asesino. Dicho signo
sería reconocido en todas las Epocas, por aquellos que fuesen “como Abel”, en
quienes demostrasen ser “como Caín”.
Aquel especial criterio afectivo de
Jehová Satanás se ha perpetuado a través de los siglos en el odio que los
hebreos sienten hacia los linajes hiperbóreos, odio que, no se olvide, proviene del Demiurgo puesto que “Israel es Jehová”. A los hombres
mentecatos, es decir, a quienes se les ha lavado el cerebro para posteriormente
convertirlos en fanáticos creyentes de la Biblia , siempre les resulta difícil justificar la
predilección de Jehová “Dios” por el sacrificio sangriento de Abel y el
desprecio de la producción agrícola de Caín. Empero, todo se aclara si se lee
bajo el lenguaje cabalístico, cifrado, del Génesis, una interpretación
antiquísima del Holocausto de Fuego. En efecto, “el holocausto del cordero primogénito con su grasa” [Génesis 4,4],
representa al Holocausto de la
Muerte Final de la Humanidad y su
transformación en la lejía que “lavará la Señal Abominable que
está grabada en la
Piedra Caliente ”: la oblación de Abel sería luego quemada,
tal como hacen hasta hoy los hebreos con los cuerpos de los animales
sacrificados, y “la grasa”, mezclada con la ceniza, formaría el jabón, la
lejía, que lavaría la mancha simbólica del “pecado de Caín”; tal “pecado” es,
naturalmente, ser “agricultor”, sembrador de cereales, adorador de la Diosa Ama , o Ceres, o
Deméter, o la Virgen
de Agartha, la madre de Navután, es decir, quien entregó la semilla del trigo a
los hombres, la Semilla
del Niño de Piedra. La “marca de Caín” es, entonces, la Señal en la Piedra Caliente ,
el Símbolo del Origen que causa el encadenamiento del Espíritu eterno a la Materia ; por eso Caín, al
portar dicha marca, no podrá morir jamás: será “inmortal”, como lo son todos
los hombres que poseen Espíritu, aunque lo ignoren por estar “dormidos”.
Robert Graves, y el Rabino Raphael
Patai, en el libro “Los Mitos Hebreos”, han extraído y sintetizado el Mito de
Caín de numerosos midrash talmúdicos. He aquí una de las versiones oficiales
hebreas, que demuestran el carácter espiritual luciférico de Caín y la
naturaleza “creada” de Abel: “Caín respondió a la reprensión de Dios con un
grito que todavía repiten los blasfemos: –¡No hay Ley ni Juez!–. Cuando poco
después encontró a Abel en un campo le
dijo: –No hay Mundo futuro, ni recompensa para los justos, ni castigo para los
malhechores. Este Mundo no fue creado con misericordia, ni es gobernado con compasión.
¿Por qué otra causa ha sido aceptada tu ofrenda y rechazada la mía? Abel
respondió sencillamente: –La mía fue aceptada porque amo a Jehová Dios; la tuya
fue rechazada porque le odias–. Entonces Caín decidió golpear y matar a Abel”.
Es interesante profundizar más sobre
la figura de Caín. Según la
Biblia fue, además de agricultor, el primero que construyó ciudades amuralladas y el
inventor de los pesos y medidas. Su descendiente Tubal-Caín (desdoblamiento
mítico del mismo Caín) fue fabricante de armas y de instrumentos musicales.
Si se observa ahora esta figura de
Caín, a la luz de la
Sabiduría Hiperbórea , se comprobará que posee muchos de los
atributos característicos de los linajes hiperbóreos. Ante todo la asociación
de la Agricultura
con la construcción de ciudades amuralladas es una antiquísima fórmula
estratégica hiperbórea que emplearon recientemente, por ejemplo, los etruscos y
los romanos, y que ha sido expresada con perfección por el rey germano Enrique
I, el Pajarero. Por otra parte el invento de los pesos y medidas, que los
hebreos atribuyen a Caín, los griegos a Hermes y los romanos a Mercurio,
permite identificar a Caín con esos dos Dioses hiperbóreos. Y por último: la
acusación de asesino y la condición de fabricante de armas, revela claramente
que la figura de Caín representa a unos guerreros
temibles, a los Hombres de Piedra: a delatar o señalar esa calidad apunta
claramente la denuncia de la famosa marca.
En la Biblia , el libro sagrado
del “Pueblo Elegido”, en el mito de Abel y Caín, se encuentran perfectamente
reveladas las reglas de juego. En la “preferencia” de Jehová Satanás por los
pastores hebreos, representados por Abel, y en el desprecio y castigo de los
linajes hiperbóreos, simbolizados por Caín, aparece planteado el conflicto metafísico
de los orígenes, pero actualizado ahora como confrontación cultural y
biológica. La Raza
Sagrada hebrea ha venido a traer la Presencia de Jehová
Satanás; (Presencia consciente,
diferente del soplo panteísta con
que el Demiurgo anima la materia) al plano de la vida humana, de la
encarnación, del dolor y del sufrimiento. Por eso la antigua enemistad
trascendente entre Espíritus cautivos y Demonios se transforma en enemistad
inmanente entre los linajes hiperbóreos y el Universo material, dado que la Raza Sagrada es Malkhouth, el décimo Sephiroth, es decir, un Aspecto del
Demiurgo. Esto último debe entenderse así: Israel
es el Demiurgo. Vale la pena aclararlo. Según las enseñanzas secretas de la Cábala y tal como puede
leerse en el Libro del Esplendor, Sepher
Yetsirah, o en el Libro del Holocausto de Fuego, Sepher Icheh, es decir, acudiendo a las fuentes más confiables de la Sabiduría Hebrea ,
para la “creación” de la “Raza Sagrada” Jehová Satanás manifiesta uno de sus
diez Aspectos o Sephiroth. El décimo
sephiroth, Malkhouth (el Reino), es
el propio pueblo de Israel, de acuerdo a los textos oficiales hebreos, el cual
guarda un nexo metafísico con el primer Sephiroth, Kether (Corona), que es la Cabeza o Conciencia suprema del Demiurgo. En
otras palabras: hay identidad metafísica entre Israel y Jehová Satanás o, si se
quiere, “Israel es Jehová Satanás”.
Como decía antes, la enemistad entre la Raza Sagrada y los
linajes hiperbóreos, enemistad que se ha visto declarada en el mito de Abel y
Caín, significa un enfrentamiento entre éstos y el Universo material, dado el
carácter de Malkhouth, desdoblamiento del Demiurgo, que ostenta Israel. Con
Malkhouth, el Demiurgo ha querido imponer la
realeza del linaje sagrado hebreo a los restantes pueblos de la Tierra. Si estos
pueblos gentiles han olvidado el pasado,
y se han sometido al Plan que lleva adelante la Fraternidad Blanca ,
entonces aceptarán de buen grado la superioridad
hebrea y el mundo marchará alegremente hacia la Sinarquía. Pero ,
¡hay de aquellos Goym que no
renuncien a su herencia hiperbórea y persistan en recordar el conflicto de los
orígenes! No habrá lugar para ellos en la Tierra porque con la Presencia de Malkhouth,
el linaje sagrado de Israel, el Demiurgo asegura su persecución e inmediato
aniquilamiento. ¡Dramático destino el del Espíritu cautivo! Durante milenios recordar el Origen, es decir, exhibir
un linaje herético, era castigado por los Demonios con un fuerte Karma, y el
dolor, el sufrimiento, eran tan terribles que se acababa por olvidar. Pero, mientras
esta degradación ocurría, en el fondo de su corazón, bullendo en su sangre, el
condenado podía participar del Recuerdo de Sangre y acceder a la Gnosis ;
era su derecho: si lograba elevarse desde la ciénaga de la confusión espiritual
nadie podía impedirle que recibiera la luz del Gral ni que escuchara el Canto
de los Dioses. Con Israel ni esta miserable oportunidad de despertar sería ya
posible pues el conflicto fue planteado en términos biológicos, raciales,
culturales...: quien se comprometa en la contienda debe ahora arriesgarlo todo
pues al enfrentar a Israel se está enfrentando al mismo Demiurgo. Israel avanza
en la Historia
con una fuerza irresistible. Sus grandes ideas van dominando poco a poco a la Cultura de Occidente
paralelamente con el crecimiento de su potencia financiera. ¿Quién será capaz
de oponerse a la fuerza conjunta del judeocristianismo, de la judeomasonería,
del judeomarxismo, del sionismo, del Trilateralismo? ¿Quién podría hacer
“saltar” las bancas de Rothschild,
de Jacobo Schiff, de Kuhn and Loeb, de Rockefeller, etc.? ¿y quién competirá con los hebreos en los campos
de la Ciencia
o el Arte? Ya describí el fantástico Poder
Material alcanzado por la Sinarquía Templaria en la Edad Media ; piense, Dr.
Siegnagel, lo que ha de representar tal Poder hoy día; contra estas fuerzas
organizadas el hombre no tiene la mínima chance. Por eso, ante tan formidable
Poder, la única alternativa estratégica válida es la confrontación racial: a la Raza Sagrada de
Jehová Satanás oponer el linaje hiperbóreo de los Espíritus cautivos. Y en este
choque de linajes, en esta guerra llevada al terreno de la sangre, el hombre
despierto, aquel que recuerde y desee regresar, deberá escuchar el Canto de los
Dioses y, siguiendo una vía secreta de liberación, hallar “la salida”, regresar
al Origen, y trasmutarse en Hombre de Piedra. Habrá cumplido así con la primera
parte de la
Estrategia Odal. Pero si un Líder carismático, despierto y
trasmutado, se pone al frente de una comunidad racial y decide guiar a los
hombres en conjunto de Regreso al
Origen, podrá aplicar en su totalidad la Estrategia Odal ,
aprovechando la presencia del Gral. En este caso el Líder planteará la Guerra Total contra
las fuerzas demoníacas de la
Sinarquía , pero especialmente ejercerá su máxima presión sobre la Raza Sagrada pues
ella representa directamente al
Enemigo o sea al Demiurgo Cautivador. Sin embargo, sólo en Epocas modernas,
cuando la presencia universal de la Sinarquía y el poder de la Raza Sagrada queden
en evidencia, será posible que algún Gran Jefe identifique correctamente al
Enemigo y declare contra Ellos la Guerra Total.
La enemistad irreconciliable entre el
linaje sagrado hebreo y el linaje herético hiperbóreo podría ser ejemplificada
considerando las infinitas veces que se han producido enfrentamientos y
describiendo los distintos resultados. Se puede asegurar que habría material
para llenar varios tomos, razón por la cual debo ser prudente y referirme a lo
estrictamente necesario para la comprensión de la Estrategia Odal de
los Dioses Leales. Es con este criterio que voy a considerar tan sólo un
ejemplo, pero un ejemplo que será altamente clarificador.
Después del hundimiento de la Atlántida , y en virtud
de las pautas del Pacto Cultural, los linajes hiperbóreos han coincidido siempre
en que la sociedad humana debía organizarse en torno de tres funciones
principales: Regia, Sacerdotal y Guerrera. La armonía y la independencia
de las tres funciones garantizaría un cierto equilibrio apropiado para los
tiempos de paz y de prosperidad, o sea cuando
la sociedad progresa materialmente hacia el futuro. En distintas Epocas de
su historia muchísimos pueblos de linaje hiperbóreo experimentaron breves
períodos en que el equilibrio de las tres funciones permitió disfrutar de esa
tranquilidad social, mediocre y cortesana, que ocultaba en realidad una
ausencia total de contacto carismático entre la masa del pueblo y sus Líderes,
situación típica que se caracteriza por la indiferencia general. Cuando una
sociedad se estabiliza de esta manera la Fraternidad Blanca
de Chang Shambalá afirma que “evoluciona” y que “progresa”. Es pues del interés
de los Demonios llevar a la
Humanidad a un estado
de equilibrio permanente de las tres funciones; ¿con qué objeto?: para preparar
el advenimiento de la
Sinarquía , es decir, la Concentración del
Poder en manos de una Sociedad Secreta o cofradía oculta. ¿Qué fin tiene
concentrar el poder en manos de seres que actúan en las sombras? La respuesta
se halla relacionada con la manifestación por parte del Demiurgo de “Malkhouth”,
la Raza Sagrada :
el poder sobre las naciones pertenece (en esta etapa del Kaly Yuga) a Israel
como herencia de Jehová Satanás y prueba de su linaje teológico. Mientras llega
el tiempo de Israel la
Sinarquía será el regente del poder concentrado por la Fraternidad Blanca.
Se comprende que los Dioses Leales,
frente a semejante conspiración, procuren desestabilizar el equilibrio
sinárquico de las sociedades e influyan carismáticamente en los hombres con el
fin de despertar a uno de ellos y trasmutarlo en Líder hiperbóreo. Tal es,
fundamentalmente, el objetivo de la Estrategia Odal. Por eso el Canto de los Dioses
llama sin cesar en la
Sangre Pura y el Gral es una presencia permanente que
muestra, a quien lo quiera ver, el reflejo del Origen Divino del Espíritu. Pero
no debe creerse que la
Estrategia Odal sólo tiene éxito cuando acontece una
auténtica trasmutación del hombre dormido en Hombre de Piedra; ése es sin duda
el más importante éxito, pero el mismo no es muy frecuente, especialmente en el
caso de Líderes o Conductores de pueblos. Hay, en cambio, otros casos, no tan
vistosos ni evidentes como una trasmutación, pero cuya influencia benéfica en
la organización de las sociedades ha motivado que se los considere también como
éxitos de la
Estrategia Odal. Me refiero específicamente a aquellos
Líderes que, con cierto grado de inconsciencia, escuchan el Canto carismático e
intuyen algunos principios de la Sabiduría Hiperbórea.
Como no se hallan completamente despiertos e ignoran el origen del “mensaje”, proceden
a aplicar en el gobierno de sus pueblos los principios estratégicos tomándolos
por invención propia. Podría abundar en ejemplos, pero tendrá particular
interés para Ud., Dr., considerar el caso de quienes “han descubierto”, sin
saberlo, el principio del cerco.
Cuando en la estructura mental de un
Líder se ha incorporado el “principio del cerco”, su Sangre Pura, y con ésta el
Canto de los Dioses, le impulsa a aplicar la “ley del Cerco” en todos sus actos
concretos. Surgen así desde sociedades particulares hasta teorías políticas,
filosóficas, morales, etc., concebidas y ejecutadas de acuerdo a la ley del
cerco, en el marco de la
Estrategia Odal. Un ejemplo típico es la idea del “Imperio
Universal”. Vale la pena comentarlo.
Cuando la Estrategia Odal consigue
despertar la naturaleza Divina en algún Líder, es factible que su posterior
actividad provoque notables cambios sociales. Si es Rey, es decir, si ejerce la Función Regia ,
avanzará gibelinamente sobre la Función Sacerdotal y, con el apoyo de la Función Guerrera ,
tratará de expandir los límites de su Estado. Si el Líder es un guerrero
notable, no tardará en ceñirse la corona para después, aplastando a la Función Sacerdotal ,
abocarse a la tarea de organizar un Estado militar. En la mayoría de los casos
el desequilibrio de las tres funciones se realiza a costa de la Función Sacerdotal
que suele ser lunar y sinárquica. Lo importante es que el Líder, Rey o
Guerrero, al aplicar la ley del cerco en su visión de la sociedad concluye
generalmente por coincidir en la idea del Imperio Universal como la más
apropiada para demostrar la superioridad de su Raza y para perpetuar el
recuerdo de su Estirpe.
El Estado universal de Accad; los
Imperios de Asiria y Babilonia; el Gran Imperio Persa, destruido por Alejandro Magno;
el Imperio Romano; etc., han sido concebidos del mismo modo: por la aplicación
de la ley del Cerco, en el marco de la Estrategia Odal ,
que han hecho los Líderes hiperbóreos en el curso de los milenios. No puedo
dejar de mencionar que muchas “ideas modernas” registran el mismo procedimiento
en su concepción: tal las distintas variantes del “nacionalismo”; el
“fascismo”; el “falangismo”; el “nacionalsocialismo”, las “federaciones” y
“confederaciones”; etc. Estas y muchas otras teorías políticas son el producto
de la aplicación de la ley del Cerco por parte de algunos Líderes modernos. En
el caso del “fascismo”, “nacional-socialismo”, etc., es evidente que guardan un
nexo bastante estrecho con la antiquísima idea del Imperio Universal lo que
explica de manera elocuente el por qué tales ideologías han sido perseguidas
hasta el aniquilamiento por el Pueblo Elegido y las fuerzas de la Sinarquía.
Es que, justamente, la idea del
“Imperio Universal”, que es hiperbórea y surge de la aplicación de la ley del
Cerco, se opone irreductiblemente a la idea de la “Sinarquía Universal”
propiciada por la
Fraternidad Blanca de Chang Shambalá, y llevada adelante en
favor del Pueblo Elegido.
Me había propuesto dar un ejemplo de
la enemistad irreconciliable entre el linaje herético hiperbóreo y el linaje
sagrado hebreo y ello ha quedado de manifiesto en la oposición entre Imperio
Universal y Sinarquía, es decir, entre sus respectivas concepciones ideales de
la sociedad. Munido de estas claves cualquiera puede revisar la Historia y sacar sus
propias conclusiones; no es pues necesario insistir más sobre ello.
Dije anteriormente que la “Raza
Sagrada” fue creada por el Demiurgo a imitación
de los linajes hiperbóreos y mostré que “Las Tablas de la Ley ”, y el terrible
conocimiento con que estaban escritas, les fueron entregadas a los hebreos a semejanza del Gral. Puedo agregar ahora
que la “imitación” no concluyó allí; por el contrario durante siglos se preparó
una infernal falsificación histórica que en los hechos venía a significar un
agravio infinitamente más ofensivo que la imitación de los linajes hiperbóreos
o del Gral. Estoy hablando de la usurpación, vulgarización y degradación
perpetrada contra la figura Divina de Kristos Lúcifer.
Ya mencioné que, durante los días de
mayor decadencia espiritual de la
Atlántida , Kristos Lúcifer se manifestó a la vista de los hombres dormidos. Su Presencia tuvo
la virtud de purificar y orientar a muchos hombres, quienes, gracias a este
descenso a los Infiernos realizado por el Gallardo Señor, pudieron así
emprender el sendero del Regreso. Sin embargo la reacción cobarde de los Dioses
Traidores, que recurrieron al empleo de la magia negra para impedir el rescate,
condujo finalmente a una guerra sin cuartel que sólo concluyó cuando hubo
desaparecido la última Atlántida. Y aunque el continente atlante desapareció
devorado por las aguas y miles de años de barbarie y confusión estratégica
borraron estos hechos de la
Historia , no es menos cierto que el drama vivido fue tan
intenso que jamás se oscureció del todo en la memoria colectiva de los linajes
hiperbóreos. Por eso cuando el Demiurgo concibió la siniestra idea de imitar,
burdamente, la imagen redentora de “Kristos Lúcifer descendiendo entre los
hombres” era inexorable que tal infamia desencadenaría cambios irreversibles y
enfrentamientos definitivos.
¿Qué pretendía esta vez el Demiurgo?
Aunque parezca increíble deseaba producir, a imitación de la trasmutación hiperbórea, un salto en la Humanidad. Pero no
nos asombremos demasiado: lo que se buscaba era un salto hacia adelante, hacia
el futuro, y por sobre todo, se intentaba ceñir a los miembros de la Humanidad , sin distinción alguna por su Raza o
religión, a un “typo” psicológico universal o sea a un Arquetipo colectivo. Ese Arquetipo, por
supuesto, era el de la Raza
hebrea pues lo que se quería en definitiva era judaizar a la humanidad y prepararla para el Gobierno Mundial de la Sinarquía.
Para llevar adelante un plan tan
ambicioso se pondrían en movimiento numerosas fuerzas, las que concurrirían hacia
la figura del Mesías y harían posible su Ministerio terrestre. Para la misión
de “preparar el vehículo” mediante el cual Jehová Satanás se manifestaría a los
hombres, fue comisionado uno de los Maestros de Sabiduría de la Fraternidad Blanca ,
quien sería conocido, luego de su encarnación, como Jesús de Nazareth. Tampoco
se descuidó la cuestión del linaje y por eso el Maestro Jesús encarnó en el
seno de una familia hebrea cuya genealogía podía remontarse hasta Abraham. Pero
el cuerpo físico del Mesías poseería una constitución diferente a la de un
simple hebreo: María sería preñada “con la mirada” por uno de los Demonios de la Jerarquía , el “Angel
Gabriel”, quien en realidad emplea el método de “intersección de campos”, una
de las tres formas de partenogénesis que existen: de este modo se imitaba también a la Virgen de Agartha, Ama, la Madre de Navután, que fue
embarazada en Venus por otro “Angel”, el “Serafín Lúcifer”. El Maestro
Jesús animaría durante treinta años ese cuerpo superior, pero sería la secta esenia
la que durante todo ese tiempo se encargaría de desarrollar sus potencialidades
esotéricas, entrenándolo en los secretos de la Cábala acústica. En esta
tarea los esenios serían asistidos por los Maestros de la Jerarquía , y estos por
los Dioses Traidores; todo Chang Shambalá se había concentrado en sostener al
Mesías ya que del éxito de su misión dependería en gran medida la “evolución”
futura de la Humanidad.
Si la obra del Mesías triunfaba la Humanidad entera sería
“civilizada”, es decir judaizada, y se acabaría la “barbarie”, es decir el
recuerdo mitológico de los ancestros Divinos.
Lo más horroroso de esta conjura era
que el Demiurgo y sus Demonios contaban esta vez con el Recuerdo de la
Sangre que los linajes hiperbóreos aún guardaban del
Kristos de la Atlántida
para “atraerlos” hacia su imitación, el Jesús Cristo, y mediante una fantástica
confusión someterlos definitivamente. ¡Con qué colosal hipocresía se planificó
y ejecutó la estafa! Luego de Jesús Cristo ¿quién sería ya capaz de distinguir
entre el Kristos de la
Atlántida y su caricatura? Sólo unos pocos han sospechado el
engaño, Gnósticos, Maniqueos y Cátaros, y contra ellos ha caído el anatema de
las Fuerzas Oscuras, la persecución y el aniquilamiento. Es que este Jesús
Cristo, como Arquetipo judaico que es, permite muchas interpretaciones, todas
“legales”, según la conveniencia de la Sinarquía : hay un Cristo redentor; un Cristo de
piedad; un Cristo “que vendrá”; un Cristo-Dios, un Cristo-hombre; un
Cristo-revolucionario social; un Cristo-Cósmico; un Cristo-Avatar, etc.
Lo que jamás se permitirá concebir (o
“recordar”) a nadie es un Kristos de Luz Increada, es decir, un Kristos
Lúcifer. Después de Jesús Cristo ése será el mayor pecado, la más grande
herejía y el castigo merecido será castigo ejemplar.
“En el año 30 de la Era cristiana el Verbo se hizo
carne y habitó entre los hombres”. Aquel por cuya Palabra fue creado el Mundo,
se vistió con el ropaje de su Arquetipo Hebreo, Malkhouth, y se manifestó a los
hombres en la persona de Jesús de Nazareth. Fenómeno de los fenómenos,
Maravilla de las maravillas, ¡qué espectáculo prodigioso habrá sido ver al
Demiurgo hecho hombre! Hay que reconocer que esta vez hubo una innegable
calidad en su infernal idea de imitar al Kristos de la Atlántida y aprovecharse
del Recuerdo de Sangre de los hombres. El resultado está a la vista. Poco a
poco los pueblos salieron de la “barbarie” y la “Civilización” se extendió
hasta los últimos rincones de la
Tierra. Y los hombres lenta pero inexorablemente se han ido
adaptando al patrón psicológico judío ¿cómo se logró este éxito? ¿por qué
alquimia colectiva la efímera vida de Jesús Cristo consiguió influir sobre los
pueblos durante milenios hasta desembocar en su completa judaización? ¿fue sólo
el Recuerdo de Sangre del Kristos de la Atlántida lo que determinó tal resultado o hubo
otros factores ocultos que contribuyeron a la confusión de la Humanidad y a su
judaización actual? Sin entrar en demasiados detalles, dado que el tema da para
largo, puedo decir que el Arquetipo Hebreo de Jesús Cristo, que se hallaba al
igual que todos los Arquetipos en el Plano Arquetípico, fue precipitado al plano físico o actualizado durante la encarnación del
Demiurgo en el cuerpo de Jesús de Nazareth. Tal actualización del Arquetipo
Malkhouth significa que se ha establecido una
fuerza permanente en la
Tierra , la cual actúa de manera equivalente a la gravitatoria
“empujando” al hombre hacia la forma
judaica. Ello es debido a una razón que
es también un terrible secreto: ¡Jesús Cristo no ha desencarnado! Por el
contrario se ha situado desde entonces “en el centro de la Tierra ”, junto al Rey del
Mundo, irradiando desde allí su “potencia arquetípica” (hoy diríamos
“información genética”) en infinitos ejes geotopocéntricos que parten del
centro terrestre y atraviesan la columna vertebral de los hombres. Esta es la
fuerza arquetípica permanente de Jesús Cristo. Pero no es la única: también
actúa sobre el hombre una influencia judaica emocional, irradiada desde el propio “Pueblo Elegido” de Israel ya
que la Raza Sagrada
forma parte de la anatomía oculta de la Tierra cumpliendo la función de chakra corazón o anhata chakra.
Con respecto a la última pregunta vale
la pena destacar que el “animal-hombre” creado por el Demiurgo hace millones de
años para que “evolucionase” de acuerdo al Plan que siguen los siete Reinos de la Naturaleza , tendía
naturalmente a conformar un typo que
respondía a algunos Arquetipos básicos. Sin embargo, desde el año 33 de la Era Cristiana , puede
asegurarse que el Arquetipo judaico de Jesús Cristo es ahora el Arquetipo
psicológico del hombre, es decir, el typo
hacia el que tiende por evolución. Esto significa que en los hombres, quienes
poseen por el antiguo Misterio de A-mort una herencia animal, las tendencias
animales le impulsarán inconscientemente hacia el Arquetipo judaico. Sólo la
pureza de sangre podrá evitar el predominio de las tendencias animales y el
consiguiente peligro de corresponder psicológicamente con el Arquetipo judaico.
He mostrado ya de qué manera el
Demiurgo llevó el conflicto original al terreno del enfrentamiento racial,
luego de crear la Raza
Sagrada a imitación de los linajes hiperbóreos divinizados
por el Gral. Ahora se acaba de ver cómo una nueva imitación, esta vez de
Kristos Lúcifer, ha significado otro avance destructor contra los linajes
hiperbóreos. La poderosa fuerza conformadora del Arquetipo judaico de Jesús
Cristo, actuando desde el centro de la Tierra en todo tiempo y lugar ha aumentado
tremendamente el sueño en que se encontraba desde antaño la “Conciencia de
Sangre” de los hombres. En el campo de batalla de la sangre luchan sin cuartel
ahora dos fuerzas esotéricas: el Canto de los Dioses y la tendencia arquetípica
judaica de Jesús Cristo. Y el “despertar” se ha tornado, entonces, una lucha
terrible y desesperada librada en el interior y en el exterior de cada uno, a menudo inconscientemente.
Es por eso que, luego de Jesús Cristo,
ya no será posible calificar ni a pueblos ni a organizaciones sino que habrá
que atender específicamente al grado de confusión de los hombres. Debe ser así
porque en muchos casos organizaciones sinárquicas enteras podrán caer bajo el
mando de un hombre súbitamente consciente de algún principio hiperbóreo
(producto de la lucha esotérica que se libra en su interior), quien hasta
podría “torcer” momentáneamente el rumbo de ésta.
Y, viceversa, en otros casos podrá
ocurrir que un grupo calificado como “hiperbóreo” sea conducido por personajes
más o menos judaizados. En el extremo tendremos hebreos (judíos de sangre) que
se rebelan a Jehová e intentan dramáticamente recuperar su herencia hiperbórea,
caso que puede ocurrir con más frecuencia de lo que suele imaginarse, así como
hallaremos muchas veces personas que “por la Sangre ” declaran ser perfectos “arios” pero que
psicológicamente demuestran ser más judíos que el Talmud. Un ejemplo por demás
elocuente lo obtendremos observando a la Iglesia Católica
en la cual conviven los adoradores de Jesús Cristo y del Demiurgo junto a curas
nacionalistas y patriotas que sirven a la causa de Kristos Lúcifer y de los
Dioses Leales sin saberlo.
Se debe pues ser prudente al calificar
las organizaciones humanas y, aún en aquellas netamente sinárquicas, detenerse
siempre a evaluar el grado de confusión de los hombres con los cuales se trata.
Se considera una muestra de capacidad estratégica la habilidad para ubicar al
“hombre justo”, aun dentro de una organización sinárquica como la Masonería , a quien se
hablará luego tratando de aislarlo
de la organización en la cual milita (apelando a la aplicación de la ley del
cerco) para poder dirigirse mediante
símbolos apropiados a su parte
hiperbórea.
Un ejemplo de cuanto vengo diciendo lo
constituye el caso de la herejía soteriológica, de Pelagio, llamada también
“pelagianismo”. A principios del siglo V este
Obispo británico comenzó a defender la teoría de que el hombre, por sí mismo,
es suficiente para protagonizar su salvación. Ello es posible, según Pelagio,
porque “hay en el hombre un principio de perfección espiritual”. Es evidente,
así, que en Pelagio predominaba el linaje hiperbóreo. Su Sangre Pura pronto le
permitió advertir que la “salvación” del hombre (su “orientación”) dependía de
“un principio espiritual”, el cual debería ser “descubierto” y “cultivado”
interiormente. Pero donde la posición “herética” de Pelagio resultaba más clara
era en lo referente al pecado original: el hombre no ha pecado en absoluto y
“si Adán pecó, su pecado murió con él; no se transmitió a la descendencia
humana”. En definitiva “el hombre es libre” y “nace sin pecado”; de allí a
plantear la injusticia del dolor y del sufrimiento, o de cualquier otro castigo
impuesto por Jehová Satanás, había solo un paso. En consecuencia la persecución
contra Pelagio comenzó enseguida y no acabó hasta su eliminación, en Africa;
fue llevada adelante por las más importantes autoridades eclesiásticas de su
Epoca, lo que prueba el temor que producían sus ideas, entre quienes se
destacaron los Papas Inocencio I y
Zósimo, San Jerónimo y el apóstata gnóstico San Agustín.
En el Sínodo de Cartago del año 411,
fueron condenadas siete proposiciones, síntesis de su doctrina. Vale la pena
que las recuerde ahora para comprobar que las mismas se derivan de la Sabiduría Hiperbórea.
He aquí las siete proposiciones
condenadas:
1 - Adán, mortal por su creación,
hubiera muerto con pecado o sin él. 2 - El pecado de Adán le dañó a él solo, no
al linaje humano. 3 - Los niños recién nacidos se hallan en aquel estado en que
se hallaba Adán antes de su prevaricación (es decir: antes de probar el fruto
prohibido del Gral). 4 - Es falso, que ni por la muerte ni por la prevaricación
de Adán tenga que morir todo el género humano y que haya de resucitar por la
resurrección de Jesús Cristo. 5 - El hombre puede fácilmente vivir sin pecado.
6 - La vida correcta, de cualquier “hombre libre”, conduce al Cielo del mismo
modo que el Evangelio. 7 - Antes de la venida de Jesús Cristo hubo hombres
“impecables”, es decir, que de hecho no pecaron.