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Día
Llegamos, pues, al siglo XX, Dr. Siegnagel! Y llegamos no porque
el paso implacable del tiempo nos haya conducido a él, sino porque he decidido
saltear 400 años de la historia americana de nuestra Estirpe. Procederé de este
modo para apurar el final de la carta, pues supongo que Ud. ha de haberse
cansado de la lectura y creo que puede ya comprender el drama de la Casa de Tharsis y sacar sus
propias conclusiones. Como sabe, Yo desciendo de Lito de Tharsis y de la Princesa Quilla ,
quienes formaron una familia que siempre permaneció en el lugar del Pucará de
Tharsy, en Thafy del Valle, Provincia de Tucumán: durante esos cuatro siglos
hubo muchos Noyos y Vrayas que custodiaron la Espada Sabia ; Yo
misma fui Vraya por diez años, los últimos cinco en compañía de mi hijo Noyo.
Pues bien, Dr. Siegnagel, para acabar la narración de manera clara sólo cabe
agregar una palabra sobre la reacción del Enemigo, que en estos siglos no
olvidó ni por un instante a los Señores de Tharsis y a la Espada Sabia ; ni
tampoco a la Estirpe
de Skiold.
Al parecer, explorando pacientemente
los Registros Culturales de miles de Mundos de Ilusión semejantes a éste, la Fraternidad Blanca
consiguió reconstruir con bastante aproximación los pasos dados por Lito de
Tharsis en América. Supo que el linaje de Skiold se había dirigido a un Valle
Secreto de la Provincia
de Jujuy, cuya entrada estaba sellada con las Vrunas de Navután, y que Lito de
Tharsis prosiguió en cambio hacia Tucumán, perdiendo empero todo rastro de su
ulterior destino. Ante tal certeza, la
Orden de Melquisedec dispuso que decenas de sus mejores
agentes se distribuyesen en las zonas donde pudiesen estar ocultos los Hombres
de Piedra o en los sitios por donde
podrían emerger en el Futuro. La Espada Sabia , y la Corona del Rey Kollman, con
sus malditas Piedras de Venus, constituirían una ventaja estratégica en la Batalla Final que de
ningún modo los Demonios de Chang Shambalá podrían permitir. Pero los Mundos de
la Ilusión
son millones y, en todos, los argumentos arquetípicos, las historias de la Historia , se desarrollan
simultáneamente. Sólo en uno de tales Mundos sucede la trama que será Real al
Final, cuando el Señor de la
Guerra la afirme desde el Principio, según predijera el
Capitán Kiev en San Félix de Caramán. La Fraternidad Blanca
sabe que así ocurrirá pero no puede conocer a priori cuál será el Mundo Real de
los Señores de Tharsis; y por eso, mientras tanto, se ve obligada a desplegar
sus agentes infernales, sus Maestros, Sacerdotes, e Iniciados, en torno de la
antigua ruta que Lito de Tharsis tomara en América; y en muchos Mundos a la Vez. Pero esta vez
procurarán evitar “cometer errores”: para eso han determinado que cualquier
señal de los Señores de Tharsis, o de Skiold, sea comunicada a Chang Shambalá,
con el fin de que Bera y Birsa en persona se ocupen de tan vital asunto. Y así
será, Dr. Siegnagel: en pleno Siglo XX,
pero al igual que hace miles de años en Tharsis, los Demonios Inmortales se
acercarán a los hombres despiertos para consumar su atroz venganza. Y a Ellos,
como antaño, sólo los salvará la
Sangre Pura , el Recuerdo del Origen que libera al Espíritu
Increado. Los que tengan su Espíritu orientado quizás mueran ahora a manos de
los Demonios, como Yo misma seguramente moriré; pero entonces sólo conseguirán
matar el cuerpo animal en un Mundo,
sólo obtendrán un pellejo vacío, vana victoria; al final, cuando sobrevenga la Batalla Final , y el
Señor de la Guerra
afirme la Realidad
del Mundo del Espíritu, todos los que hemos muerto por la causa del Espíritu
estaremos Vivos para marchar fuera del Universo de El Uno, pasando por sobre
las Potencias de la Materia ,
mientras a nuestras espaldas se desencadena el Holocausto Final de los Demonios
del Alma.
Y así llegamos al Siglo XX, Dr. Siegnagel, rodeados por todas
partes de agentes de la
Fraternidad Blanca. Sin embargo, mientras la Espada Sabia o la Corona del Rey Kollman
permaneciesen tras los cromlech, los Demonios no podrían relacionarlas con el
Tiempo y no sabrían en qué mundo actuar. Podíamos, pues, movernos relativamente
sin ser notados, pero las cosas cambiarían en los últimos años, cuando el
Capitán Kiev se hiciese presente para adelantar instrucciones sobre la Batalla Final.
De la Estirpe de Lito de Tharsis
surgieron los troncos de varias familias que aún existen en la Argentina y en otros
países. Algunas se protegían de los Golen disfrazando su origen o negando las
conexiones genealógicas que las ligaban con la Casa de Tharsis, pero todas son más o menos
conscientes de esta historia. Empero, esa misma distancia las alejó del
Noyvrayado y de la
Iniciación Hiperbórea. Fue así que en este siglo sólo los
miembros de mi familia, que siempre habitaron en la Chacra de Tharsy, mantenían
el Culto del Fuego Frío y custodiaban la Espada Sabia. Y en
la década del sesenta, aunque la
Estirpe no corría riesgo de extinguirse ni mucho menos, sólo
quedaba un Iniciado Hiperbóreo capaz
de llevar adelante la
Estrategia de los Dioses Liberadores: Yo, Belicena Villca.
Era viuda y tenía un solo hijo, al que había enviado a Buenos Aires a cursar la
carrera militar, pero no vacilé en tomar el Noyvrayado cuando mi abuelo, que
permanecía desde hacía treinta años junto al Meñir, falleció en 1967. Se había
producido entonces una nueva situación: aunque la Estirpe poseía muchos
miembros, la cadena iniciática amenazaba con cortarse inexorablemente.
Felizmente, en el 72, mi
hijo Noyo regresó en mi auxilio dispuesto a recibir la Iniciación Hiperbórea
y a convertirse en un auténtico Noyo, Guardián de la Espada Sabia. En
cuatro meses fue preparado, de Junio a Octubre, y luego murió, y renació como
Hombre de Piedra, y se situó a mi lado, frente al Meñir de Tharsy y frente a la Espada Sabia. Había
solicitado la baja de las Fuerzas Armadas para consagrarse a la misión
familiar, pero sus contactos con cierto grupo nacionalista, integrante de los
Servicios de Inteligencia del Ejército, le impidieron dedicarse a la Guardia de manera
permanente. El caso era que Noyo no deseaba renunciar a lo que consideraba una
cuestión de Honor: la lucha contra la subversión marxista que en esos días
agitaba el país todo y nuestra Provincia en particular.
Por su excepcional conocimiento del
terreno, y por su acertado criterio para evaluar la Estrategia del Enemigo
y recoger información, él fue uno de los cerebros grises que ayudó desde las
sombras a desbaratar la guerrilla comunista que pretendía hacerse fuerte en los
montes tucumanos. Sus valiosos informes, comunicados a los camaradas de Buenos
Aires, contribuyeron en buena medida a trazar los planes de Estado Mayor que
acabaron con la amenaza guerrillera. Naturalmente, Yo me oponía a esta
actividad aparentemente ajena a la misión iniciática, pero Noyo repetía siempre
que aquel movimiento subversivo en las inmediaciones del Centro Carismático era
señal segura del cercano comienzo de la Batalla Final. Y no
se equivocaba, como muy pronto lo vino a confirmar el Señor de Venus.
Todo comenzó en 1975, en los días que
el Ejército al mando del General Adel Edgardo Vilas se dedicaba a terminar con
los últimos focos de la guerrilla suburbana y comenzaba la ardua tarea de
desmantelar la infraestructura urbana de las organizaciones subversivas. La
enérgica acción del Ejército, que ejecutaba con precisión matemática sus planes
de aniquilación, le brindó a Noyo suficiente tiempo para dedicar a la misión y
hacía entonces varios meses que se encontraba conmigo en el milenario cromlech.
Un día, a fines de ese año, estábamos ambos profundamente concentrados,
meditando sobre la Piedra
de Venus y el Misterio del Fuego Frío; teníamos la vista fijada en la Espada Sabia y
ninguno de los dos notó que un cambio substancial se producía en el Meñir de
Tharsis, situado exactamente atrás de la Apacheta con la Espada Sabia. Una,
como niebla lechosa, había invadido a la enorme Piedra que, al notar nosotros
el fenómeno, ya no era posible distinguir. No obstante, poco a poco se fue
plasmando, en lugar del Meñir, la imagen corpórea de un Gigante de Otro Mundo.
En verdad, se trataba de un doble fenómeno, pues, en la Piedra de Venus, iba
surgiendo nítidamente, también la imagen de un lugar desconocido: era
igualmente un Valle, pero en nada semejante al de Thafy que viera Lito de
Tharsis cuatrocientos años antes; éste
poseía dos Ríos que lo surcaban longitudinalmente, igual que los Ríos Tinto y
Odiel al Valle de Tharsis, en Huelva; y en un extremo, hacia el Oeste de la
figura, se podía apreciar claramente un cerro que ostentaba en su ladera la
entrada a una caverna de forma vrúnica.
–¡Gracia
y Honor, Sangre de Tharsis! –dijo el Gigante, al tiempo que levantaba el
brazo derecho para expresar el Bala Mudra; y ambos comprendimos que se trataba
del Capitán Kiev, uno de los Señores de Venus. ¡El Capitán Kiev, quien se había
despedido de nuestra Estirpe “hasta la Batalla Final ”! ¿Acaso había llegado el momento,
anhelado por tantos siglos, de que los Dioses acompañasen nuevamente a los
hombres en su Enfrentamiento Total contra las Potencias de la Materia ? Nos apresuramos a
responder al saludo, aguardando con expectación Sus sabias palabras:
–¡Salve, Vale, Capitán Kiev!
Y el Señor de Venus se dirigió a
nosotros de esta forma:
–¡Sangre
de Tharsis, os traigo el saludo de Navután, el Señor de la Guerra ! ¡Y también os
traigo Su Palabra! ¡Prestad atención, abrid bien vuestros sentidos porque la
presente es oportunidad única, el Kairos de la Batalla Final ! Como siempre ha ocurrido, y como no
podría ser de otro modo dado el sitio infernal en que os halláis, soy portador
de buenas y malas noticias para vosotros. Las buenas consisten en la orden del
Señor de La Guerra
que ahora os transmito: ¡es la
Voluntad de Navután que la Espada Sabia sea
transportada al sitio que habéis visto en la Piedra de Venus! Tal sitio es un Valle que se
halla en las regiones del Corazón de la Argentina , muy cerca del Cerro Uritorco, el Cerro
de Parsifal, donde el Señor de la
Guerra , en un pasado remoto, depositó su Bastón de Mando
junto a una Fortaleza construida por Guerreros Sabios que lo conocían como
“Cacique Vultan”. En otro Cerro, de ese valle que habrá que localizar, se
encuentra una Caverna Secreta construida por los Atlantes blancos y protegida
por las Vrunas de Navután: ¡Allí debe ser llevada la Espada Sabia ! Os
preguntaréis por qué debe hacerse esto y os responderé que se trata de uno de
los actos fundamentales de la
Batalla Final : se trata, en verdad, del enlace entre los
Dioses y los hombres dormidos. Los
Señores de Tharsis, como los Señores de Skiold y otras Estirpes semejantes, son
hombres despiertos que siempre han contado con un Misterio Revelado y una
Piedra de Venus para obtener la orientación hacia el Origen y la Iniciación Hiperbórea.
Incluso a vuestra Estirpe le fue encomendado iniciar de ese modo al Señor de la Voluntad y el Valor
Absolutos, al Führer de la
Raza Blanca. Por eso se os hará difícil imaginar a un
Iniciado de la
Orientación Absoluta , a un Pontífice Hiperbóreo capaz de
construir en todo tiempo y lugar el puente indestructible entre lo Creado y lo
Increado, entre la
Ilusoria Actualidad y la Realidad del Origen. Tal Iniciado no requiere
otra referencia que Sí Mismo para orientarse hacia el Origen, él es su propia
“Piedra de Venus”, y no puede ser desorientado, ni engañado, ni desviado de
ninguna forma de su Misión Estratégica.
¡Y
tal Iniciado, Sangre de Tharsis, ya está en la Tierra ! ¡Sí. El Señor de la Orientación Absoluta
se encuentra aguardando que la
Espada Sabia sea puesta en la Caverna Secreta ,
para conducir hacia la Piedra
de Venus a los hombres dormidos, a los hombres que, no obstante su inmersión en
la Ilusión ,
manifiestan la voluntad de liberar al Espíritu Eterno de su prisión material!
¡Si tal enlace llegase a ocurrir, el contacto entre los hombres dormidos y los
Dioses, entonces, inevitablemente, habrá comenzado la Batalla Final en la Tierra !
¡Sí!
Este Iniciado fundará una Orden de Constructores e instruirá a sus miembros en la Sabiduría Lítica
de los Atlantes blancos. Luego, como os he dicho, les enseñará las técnicas
necesarias para que encuentren la
Piedra de Venus, aún cuando la misma se halle tras las Vrunas
de Navután. Muchos serán los Elegidos que anhelarán la Piedra de Venus, la Puerta del Otro Mundo, pero
sólo uno de entre ellos será Noyo. Y ese Noyo, que escuchará la Lengua de los Pájaros, será
capaz de hallar la entrada de la Caverna Secreta y unirse a uno de vosotros y a la Espada Sabia. A
partir de ese momento se librará la Batalla Final sobre la Tierra. ¡La orden de
Navután significa, pues, que debéis aproximar la Espada Sabia al
Pontífice que la está aguardando, cumpliendo así la última etapa de la Estrategia de los
Dioses Liberadores!
Sangre
de Tharsis: sé que cumpliréis sin vacilar la Orden del Señor de la Guerra mas, para mejor
hacer, recomiendo prestar atención a las malas noticias que os traigo. Ante
todo, tened presente que el Mundo actual donde os movéis, fuera del cromlech,
está bajo observación permanente por parte del Enemigo. No resultará fácil, en
estas condiciones, retirar la
Espada Sabia del Centro para llevarla al Valle de Avalón.
Aunque la distancia en kilómetros aparente ser muy corta: en verdad, si no
tomáis precauciones apropiadas, nunca podríais llegar a destino, por muy breve
que sea el camino a recorrer. No bien la Espada Sabia sea
puesta fuera del cromlech, su Poder distorsionador del Espacio y del Tiempo
revelará al Enemigo en
qué Mundo se encuentra el Mal, la
Muerte del Alma, y
hacia allí correrán los Demonios Inmortales para impedir el sacrilegio a la Ley de El Uno. ¡No! ¡Si no
procedéis de acuerdo a la Más
Alta Estrategia de la Guerra Esencial ,
jamás llegaréis al Valle de los Tres Picos con la Espada Sabia !
En
segundo término, y ahora os anunciaré las malas nuevas, debéis contar con que
la situación se agravará a medida que transcurren los años, hasta tornarse
totalmente imposible la reunión entre la Espada Sabia y la Orden de Odín. Habrá que
obrar, pues, en el tiempo justo: la
Orden buscará la Espada Sabia y coincidirá con Ella en el Kairos
de la Batalla Final.
Pero, para que esto se concrete, sólo uno de vosotros irá con la Espada al Valle de los dos
Ríos; el otro no tendrá más alternativa que cubrir la retirada de su Hermano y
Camarada. No disminuiré los riesgos que implica semejante táctica: quien se
quede, deberá atraer sobre sí toda la atención del Enemigo, estando preparado
para soportar una presión física y astral cuya intensidad supera de lejos la
resistencia humana normal. Pero vosotros sois Iniciados Hiperbóreos, Hombres de
Piedra, vuestro Yo se halla aislado del Alma por la Vruna de Navután, vuestro
Espíritu Eterno ya vislumbra el Origen, tenéis la posibilidad de resistir y
vencer. Quien de vosotros se quede, y enfrente al Enemigo, tal vez muera en
este Mundo. Sin embargo su ausencia se extenderá por poco tiempo, hasta la Batalla Final.
Os
dije que la situación se agravará. Os digo ahora que ya ha comenzado a
agravarse. Las fuerzas militares que apoyaban a Noyo pronto serán debilitadas por
una ofensiva de la
Sinarquía Internacional. En los próximos años operarán aún
fuerzas patrióticas, mas carecerán de Poder Político. La guerrilla apátrida
será derrotada militarmente pero la subversión sinárquica que la generó, por el
contrario, acabará apoderándose del Gobierno de esta Nación, subordinando de
inmediato el Poder Político al Poder Económico Internacional. Se llegará
entonces a un estado de dependencia financiera irreversible entre la Nación y la Alta Banca Mundial. La
conspiración apuntará a convertir a la Nación en una Colonia moderna, una Colonia cuyos
colonos serán invariablemente miembros del Pueblo Elegido. ¡Sí! ¡Aunque parezca
fantástico, millones de judíos planean asentarse en este suelo! Ello no es
casual: la elección obedece a que se procura detener, o retrasar lo más
posible, la Batalla
Final , dando tiempo a la formación del Gobierno Mundial del
Pueblo Elegido. Y porque el Pueblo Elegido sospecha que, de algún modo, esta
Nación jugará un papel fundamental durante la Batalla Final , es
que se ha decidido a ocuparla y destruirla.
¡En
ese contexto diabólico os tocará actuar, Sangre de Tharsis! ¿Qué ocurrirá si
tenéis éxito? En el mejor de los casos sucedería una triple coincidencia:
aparte de encontraros con el Pontifex
Maximus, el Señor de la Orientación Absoluta ,
causado por este mismo hecho, puede suceder que surja como un trueno la Voz del Pueblo, el Líder
carismático de la Sangre
Pura. En coincidencia con vosotros y el Pontífice, en el
mismo momento que los hombres dormidos comienzan a despertar a la realidad del
Origen que revela la Piedra
de Venus, el Líder carismático sería reconocido por todos como único
representante de la
Función Regia y se pondría al frente de esta Nación,
levantándola de entre la ruinas morales y materiales en que la hundió la
conspiración sinárquica. Entonces sobrevendrían días de esplendor nunca vistos.
La Nación se
erigiría como una de la Potencias Espirituales de la Tierra. Los Guerreros
Sabios y la
Sabiduría Hiperbórea , como en los tiempos de la Atlántida , se exhibirían
a la luz del día, mientras en el resto del Mundo los hombres espirituales se
apresurarían a llegar hasta aquí, en tanto que la Sinarquía Universal
y el Pueblo Elegido se prepararían para librar la Batalla Final. No
debéis olvidar, pues, en la
Estrategia a seguir, la Función del Líder carismático. ¡El será
reconocido por todos y El os reconocerá! Si Os lo reclama en su momento: ¡A El
debéis brindar el auxilio de la Sabiduría Hiperbórea , para que realice con éxito
la misión de extremar al máximo la tensión dramática del Fin de la Historia !
Empero,
si el Líder carismático no coincide en el Kairos, y no se presenta, la Batalla Final será
igualmente inevitable desde el momento que los hombres dormidos encuentren la Piedra de Venus y se
reencuentren con su Origen Extraterrestre, y reclamen a los Dioses por la Liberación del
Espíritu. Entonces los Dioses Leales al Espíritu del Hombre, como lo tienen
decidido desde los días del hundimiento de la Atlántida , acudirán por
última vez en rescate del Hombre Hiperbóreo. Y ese descenso, esa Batalla Final
conducida por Navután, el Señor de la
Guerra , y supervisada por Ama, la Virgen de Agartha, señalará
el Final de la
Fraternidad Blanca y de su infernal Morada Solar, la Llave Kâlachakra
de Chang Shambalá.
Resumiendo,
vuestra misión consistirá en transportar la Espada Sabia a la Caverna Secreta ,
en el Valle sobre el Soto. La
Epoca se presenta como la menos propicia para ejecutar tal
operación, y por eso habréis de desarrollar tácticas separadas: uno de vosotros
llevará la Espada Sabia ,
en tanto que el otro servirá de señuelo para distraer la atención del Enemigo.
Quien realice lo primero, deberá emplear con maestría la Vía de la Oposición Estratégica para desplazarse con su
valiosa carga. Vale decir, que primero dispondrá de una alforja con un surtido
suficiente de lapis
oppositionis, o sea, de piedras
arquetípicamente indeterminadas, de piedras poseedoras de una dimensión
ilimitada, infinita, obtenida por la plasmación del Signo del Origen que
vosotros proyectaréis sobre ellas. El Iniciado que tal haga, se moverá sobre un
camino estratégico, impredecible para el Enemigo, aún cuando El sepa que La Piedra de Venus se está
desplazando entre los Mundos de Ilusión. Irá siempre aislado por el Arquémona
Vrúnico Infinito, y colocará, tras cada
tramo de distancia estratégica del Laberinto, un lapis oppositionis en el camino: dejará así un obstáculo
insalvable para el Enemigo, una Piedra de Tropiezo y Desviación, una prueba del
Infinito Actual del Espíritu Eterno. El Principio Increado del obstáculo, del lapis
oppositionis, causará el desconcierto
absoluto del Enemigo: frente a él no hay referencia posible, todos los Mundos
se confunden, la Ilusión
se torna Uno. Y mientras que el Enemigo se recupera, e intenta localizar el rastro,
el Iniciado Hiperbóreo avanzará en oposición a las Potencias de la
Materia un nuevo meandro del Laberinto, situando entonces
otro lapis oppositionis tras de sí.
Sólo así, si se mueve en oposición estratégica, y cuenta con el concurso de
otro Iniciado que se desplace simultáneamente hacia una dirección diferente,
atrayendo sobre sí el interés del Enemigo, conseguirá llevar la Espada Sabia al Valle
de la Candelaria.
El
segundo Iniciado Hiperbóreo también llevará algunos lapis oppositionis, pero los irá plantando en distancias más extensas, dando tiempo al
Enemigo para que siga su rastro y crea que la maniobra es llevada a cabo por un
solo Hombre de Piedra, al que tarde o temprano se conseguirá capturar. Por
supuesto que si ello ocurre, si el Enemigo logra apoderarse del Segundo
Iniciado, la operación estará cumplida de todos modos, pero nadie lo salvará de
las represalias de los Demonios Inmortales. Estos son los riesgos que habréis
de correr para cumplir con la orden del Señor de la Guerra. ¡A vosotros os
toca decidir quién llevará la
Espada Sabia y quién
distraerá al Enemigo, y descubrir la oportunidad, el kairos,
para actuar!
Señores
de Tharsis: He dicho cuanto tenía que decir y no conviene, por motivos
estratégicos, agregar nada más. Os reitero el saludo de Navután y me despido
hasta la próxima coincidencia en el Kairos de la Batalla Final.
¡Gracia y Honor, Sangre de Tharsis!
–nos deseó nuevamente el Señor de Venus, levantando el brazo derecho para
expresar el Bala Mudra.
–¡Salve, Capitán Kiev! –respondimos,
practicando también el Bala Mudra,
que siempre fue el saludo secreto de la
Casa de Tharsis.