Cuadragesimoséptimo
Día
Síntesis General de la Sabiduría Hiperbórea :
Mientras los Golen marchaban con los
Celtas hacia Europa el Reino de Judá, en medio Oriente, era destruido por
Nabucodonosor y su población llevada en cautiverio a Babilonia en el año 597 A .J.C. Fueron liberados
en el 536 y, veinte años después, en el 516, reconstruyeron el Templo de
Salomón sin hallar el arca con las Tablas de la Ley. En el siglo IV fueron dominados por los griegos de
Alejandro y en el siglo II se
aliaron con los romanos contra los griegos (140 A .J.C.). Luego de la
muerte de Julio César el Senado de Roma otorgó el título de Rey de Judea a
Herodes I, en el año 37 A .J.C. y en el primer año
de la Era
cristiana (o en el 4 A .J.C.
si se quiere) nació el Salvador, Jesús de Nazareth, el Cristo.
Después de Herodes I los
romanos quitaron al Pueblo Elegido la posibilidad de tener un Rey de su linaje
y colocaron en el poder a una serie de procuradores que intentaron vanamente
dominar la creciente agitación social. La “crucifixión de Jesús Cristo”, que no
existió, o la “lucha contra los cristianos”, que suele darse como explicación
de la actitud belicosa y suicida de los judíos, no son correctas, siendo la
verdadera causa del malestar el hecho, presentido por todos los miembros de la Raza Sagrada , de que
el Arquetipo Hebreo “sería arrojado a los Gentiles”. Era palpable para ellos,
en virtud de compartir la substancia del Demiurgo, la acción judaizante que se
realizaría de allí en adelante sobre todo el mundo. Lo que no les aparecía tan
claro era: ¿de qué modo, luego de la presencia de Jesús Cristo podría cumplirse
el antiguo pacto con Jehová Satanás, la promesa de que el linaje sagrado
heredaría el poder sobre las demás naciones? Harían falta varios siglos y el
trabajo de eminentes Rabinos cabalistas para que los hebreos recuperasen la fe
sobre su papel en la
Historia. Pero mientras ese tiempo llegaba la paciencia de
los romanos se agotó mucho antes: en el año 70 D.J.C. el General Tito destruyó
Jerusalén, el Templo de Salomón, y “dispersó” a los judíos por todos los
rincones del Imperio Romano. Con la
Diáspora del año 70 comienza la historia moderna del Pueblo
Elegido, cuya culminación está por producirse en nuestros días, cuando la Sinarquía transfiera a
sus manos la totalidad del poder mundial.
Cuando en el 313, el Emperador
Constantino el Grande reconoció al cristianismo como religión oficial del
Imperio Romano, se inició una Epoca difícil para la Raza Sagrada. El
motivo era que en los pueblos recientemente cristianizados predominaba más el
Recuerdo de Sangre de Kristos Lúcifer que el Arquetipo judaico de Jesús Cristo,
hecho que casi siempre desembocaba en un generalizado sentimiento antijudío.
Aunque a la larga terminaría por triunfar la permanente influencia del “rayo
geotopocéntrico” de Jesús Cristo, por sobre el recuerdo hiperbóreo, y las masas
acabarían judaizadas, mientras tanto la Raza Sagrada correría el peligro de ser
exterminada. Pero la “amenaza” pronto sería conjurada.
Si existió realmente un peligro
efectivo contra los hebreos es algo que habrá que dudar pues en el siglo V San Benito de Nurcia funda la Orden en la que ingresarán,
en masa, los Golen “cristianos” quienes se abocarán, desde entonces, a la tarea
de mediar entre la Iglesia
y la Sinagoga.
Según informé en Días anteriores, las
Tablas de la Ley
quedaron donde las había ocultado Salomón y recién fueron halladas por los
Golen Templarios en la
Edad Media. Aquellas Tablas han sido hechas por el Demiurgo
Jehová Satanás para imitar la acción fundadora del Gral. Hay que indagar pues,
¿qué fue del Gral, el “modelo” metafísico de las Tablas?
Al contrario de la pregunta por las
Tablas de la Ley ,
que obligó a referirse a hechos de la Historia , la cuestión del Gral me llevará al
terreno estrictamente esotérico. Pero en primer lugar conviene aclarar que la
pregunta ha sido mal planteada. Ya aclaré que el Gral no debe ser buscado;
agregaré ahora que se trata de un objeto del cual no es posible apropiarse y
que, por lo tanto, debe aún estar donde siempre estuvo. Es un error, pues,
tanto “buscar” el Gral como interrogar: ¿qué ha sido de él? Pero, se preguntará
¿cómo habrá que encarar ese Misterio, entonces, para obtener algún conocimiento
adicional, libre de paradojas? La única manera, a mi juicio, de avanzar en el
conocimiento del Misterio consiste en profundizar las analogías que ligan a la
“función orientadora hacia el Origen” del Gral, función externa, con las “vías
secretas de liberación espiritual” de la Sabiduría Hiperbórea ,
las que son funciones internas, “orientadoras hacia el Origen”.
En ese sentido se puede establecer una
analogía muy significativa entre la “Piedra Gral” de la Estrategia Odal y
los “lapis oppositionis” empleados
en la vía de la “Oposición Estratégica”.
Ya expliqué, sintéticamente, que la Vía de la Oposición Estratégica
consiste en el empleo de la técnica arquemónica, es decir, en la disposición de
un Arquémona o Cerco Estratégico y de un lapis
oppositionis fuera del cerco, en la fenestra
infernalis que da al Valplads. Aplicando la ley del cerco al Arquémona se
logra aislar la plaza del Valplads,
es decir, se consigue liberar un área
en el Mundo del Demiurgo. Pero ello no es suficiente: es necesario que los
Iniciados se desincronicen del Tiempo del Mundo y generen un tiempo propio,
inverso, que les permita dirigirse hacia
el Origen. Para ello practican la Oposición Estratégica contra los lapis oppositionis, que se encuentran situados sobre una
Runa en el Valplads, frente a la fenestra infernalis.
Me toca ahora aproximarme al Mayor
Secreto, aquel que explica el método empleado por los Dioses para mantener, permanentemente, eternamente
si se quiere, el Gral en el Mundo. Comenzaré por indagar lo siguiente: ¿cuál es
la Residencia de los Dioses Leales? Se puede partir
de una respuesta conocida, que Yo he repetido muchas veces: los Dioses residen
en K'Taagar, en el Valhala de
Agartha. Tal respuesta es correcta, pero insuficiente pues cabría preguntar a
su vez ¿qué es el Valhala? ¿dónde se encuentra? Frente a estos interrogantes
pueden adoptarse dos criterios: uno, recurrir a elementos de la mitología
nórdica y decir, por ejemplo, que “en lo alto del Fresno Iggdrasill se
encuentra el Valhala, sitio adonde van a residir los guerreros muertos en
combate, regido por Wothan, etc.” Y un segundo criterio, que me parece más
acertado, consistente en despojar a las respuestas de adornos folklóricos y
expresarlas con símbolos de la Sabiduría Hiperbórea , los que podrán ser
fácilmente interpretados mediante analogías.
Con este criterio es posible afirmar
inmediatamente que el Valhala es la
plaza liberada por los Dioses (o Ases) en
algún lugar del Universo de El Uno. Esta plaza, naturalmente, tiene las
dimensiones de un país y se halla totalmente fortificada. En ella habitan los
Señores de Venus y muchísimos Dioses y Walkirias, quienes se preparan
permanentemente para la lucha mientras aguardan el fin del Kaly Yuga y el despertar
de los Espíritus cautivos. Sus incontables Dioses guerreros, inmortalizados con
sus cuerpos de vajra forman en las filas del Wildes Heer, el ejército furioso
de Wothan, y vigilan las murallas del Valhala, aunque el Enemigo jamás se
atrevería ante tan temible guarnición hiperbórea.
Los Dioses han liberado la plaza
fuerte del Valhala aplicando, con Sus Poderosas Voluntades, la ley del cerco a
las murallas de piedra. La conquista del tiempo propio que reina en el Valhala,
y que los independiza de cualquier “ciclo” o “ley” del Mundo del Demiurgo,
procede de una maravillosa operación de Oposición Estratégica. Pero: ¿cuál
habrá sido la piedra, el lapis
oppositionis, que los Dioses emplearon en su Estrategia Hiperbórea?: Desde
que ocurrió el Conflicto de los Orígenes, hace millones de años, los Dioses
practican la
Oposición Estratégica contra
una preciosa Gema extraterrestre facilitada a tal efecto por el Gallardo Señor,
Kristos Lúcifer. Esa piedra se llama Gral: “und dieser Stein ist Gral gennant”.
(Wolfram Von Eschenbach).
La relación analógica entre arquémona
y Valhala se torna más evidente aún si se considera que éste posee una “porta infernalis”, equivalente a la “fenestra infernalis” de aquél. La porta infernalis es una abertura en la
muralla que se encuentra permanentemente vigilada por atentos centinelas.
Frente a la porta infernalis, pero
fuera del Valhala, es decir, en “el mundo”, se halla situado el Gral, sobre una Vruna; contra él, según se ha
dicho, los Dioses practican la oposición estratégica.
Es necesario profundizar un poco más
en la descripción de esta disposición debido a su extraordinaria importancia
para la aproximación al Misterio del Gral.
Ante todo, diré que el Gral, como un
lapis oppositionis, fue depositado en el
Origen, sobre una Vruna y aún sigue allí: sobre la Vruna y en el Origen. No
se trata de un juego de palabras sino de una propiedad del Gral que debe ser
examinada con detenimiento: el Gral, como reflejo del Origen no puede devenir
en el tiempo a semejanza de las “cosas” materiales creadas por el Demiurgo; en
otras palabras: el Gral no puede estar en el presente. En verdad el Gral se
halla en el remoto pasado, en aquel tiempo y lugar en que fue colocado, y por
eso no debe ser buscado empleando
“movimiento” (y tiempo) para conseguirlo pues tal actitud apunta hacia el futuro, o sea en sentido contrario, tal como ya he
explicado. Pero si el Gral se encuentra en el pasado, si el tiempo no lo
arrastra hacia el presente con su incontenible fluencia como acontece con los
objetos materiales, y siempre ha
permanecido allí (en el pasado) ¿cómo es que hemos llegado a saber de él?
y, lo más importante ¿cómo puede actuar en el presente, tal como lo exige la Estrategia Odal , prescindiendo del tiempo? es decir, ¿en
virtud de qué “elemento” se conecta el Gral, “desde el pasado” con “el
presente”, por ejemplo, con un Líder hiperbóreo? La solución a estos problemas
ha constituido, desde antiguo, un peligroso Secreto... que ahora voy a tratar
de revelar. El enigma se resuelve razonando de este modo: si bien el Gral ha permanecido siempre en el pasado,
propiedad que únicamente posee en el Universo la Gema de Kristos Lúcifer, lo mismo no ha acontecido con la Vruna que lo sostenía (y
que todavía lo sostiene). He aquí el Gran Secreto: mientras el Gral, reflejo del
Origen Divino, permanece como tal “situado en el Origen”, la Vruna sobre la cual fue
asentado ha atravesado los milenios y ha llegado hasta el presente. Por cierto
que la Vruna
“siempre está presente”, lo que significa: “en cualquier circunstancia histórica”.
Hablaré un poco de la Vruna.
Se la conoce como Vruna del Origen o Vruna de
Oricalco, pero cabe aclarar que tales nombres no sólo designan al “símbolo”
de la Vruna
sino también a la Piedra terrestre que fue asiento primordial
del Gral. Por eso cuando en la Sabiduría Hiperbórea se hace alusión a la “Vruna
de Oricalco” de lo que en realidad se está tratando es de una piedra, muy
antigua, color azul violeta, en la que los Dioses engastaron un signo vrúnico
de oricalco. Se hace necesario, pues, conocer la procedencia de la misma y el
motivo de su construcción.
Ya mencioné en otras ocasiones que en
un principio los Dioses ingresaron al Sistema Solar “por la puerta de Venus” y
que un grupo de ellos, los “Dioses Traidores”, se “asoció al Plan del Demiurgo
provocando luego, en combinación con éste, la catástrofe de los Espíritus
cautivos”. Los Espíritus Hiperbóreos fueron encadenados a la Materia por haber caído en
una celada cósmica, el Misterio de A-mort, pero no hablaré por ahora de ello.
El efecto que se produjo en el Mundo evolutivo del Demiurgo al asimilar a los
Espíritus confusos es lo que hoy llamaríamos: una mutación colectiva. Al mal de
la ordenación imitativa de la materia, hecha por el Demiurgo, se sumó luego el
mal de la mutación de su Obra y el encadenamiento de los Espíritus, es decir,
la modificación del Plan realizada por los Dioses Traidores. Y para “controlar”
tan maligna empresa los Dioses Traidores deciden fundar la Fraternidad Blanca ,
en la cual se deben organizar las diferentes manifestaciones dévicas del
Demiurgo. La “sede central” del Poder, Chang Shambalá, es también la clave de
la mutación colectiva de los siete Reinos de la naturaleza. En efecto: ¿de qué
manera mantenía el Demiurgo la
estabilidad de la forma sobre la
Tierra y cómo se aseguraba, antes de la mutación, que los
siete Reinos evolucionaran de acuerdo a su Plan? Hay dos principios que
intervienen en la ejecución del Plan, uno estático y el otro dinámico. El Plan
se apoya estáticamente en los
Arquetipos y dinámicamente en el Aliento
del Logos Solar. Es decir que era una
fuerza procedente del Sol, vehículo físico del Logos Solar, la que mantenía
el impulso evolutivo en los siete Reinos de la naturaleza terrestre. Bien: para
provocar cualquier alteración permanente en el Plan del Demiurgo es imprescindible interceptar la corriente
energética procedente del Sol que, atravesando el océano de prana, converge
sobre la Tierra. Para cumplir con esta condición los Dioses Traidores se
instalaron desde un principio entre el Sol y la Tierra , en una posición
fija que jamás deja pasar ni un rayo
de luz, es decir, ni un fotón, sin que antes haya sido interceptado. Esta
afirmación puede parecer fantástica, y en verdad lo es, pero más fantástica e
insensata ha sido la construcción de Chang Shambalá, ya que la que hemos
descripto es la función “técnica” de la sede del Poder de los Dioses Traidores.
He aquí otro “Secreto” que ya no es
tal; la “ubicación” de Chang Shambalá se podrá ahora determinar a partir de
este dato: siempre se encuentra entre la Tierra y el Sol. En realidad Chang Shambalá está
muy cerca de la Tierra ,
lo que dará un idea de su enorme tamaño. Sin embargo aquí no se trata de un
capricho sino que debió construirse así por exigencias de su función moduladora del plasma genético solar.
Por supuesto, no faltará quien diga
neciamente que todo esto es un disparate dado que “las tradiciones del Tíbet y
de la India ”
afirman que Chang Shambalá “es un Reino situado en el Asia, entre las montañas
Altai, el desierto de Gobi y los Himalayas”. Sin dudas un comentario de este
tipo constituirá un disparate mayor que mis afirmaciones. En principio las
mentadas “tradiciones del Tíbet y de la India ” son productos de la desinformación
estratégica que durante siglos ha desplegado la Fraternidad para que se
ignore la verdad. Y en segundo lugar diré que los datos más serios de la Tradición , ya que hay
algunos datos dignos de crédito, siempre mencionan la ubicación de “La Puerta de Chang Shambalá” y jamás al Reino en
sí. Esta sutil distinción es sumamente sugestiva pues el hecho de que en un
determinado lugar geográfico exista una puerta no implica que el Reino esté inmediatamente detrás. Podría
entenderlo así una mente primitiva, condicionada por la creencia de que la
línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, y de hecho tal cosa
ocurre frecuentemente. Pero aquí estoy manejando la información en otro nivel y
por eso adelantaré cuatro versos del Canto de la Princesa Isa , que ya
tendrá oportunidad de conocer cuando relate la historia de Nimrod, “El Derrotado”.
“Pero
aunque Dejung está lejos,
sus
puertas están en todas partes.
Siete
puertas tiene Dejung,
y
siete muros la circundan”.
A esas “puertas inducidas” se refieren las
leyendas orientales, las cuales “están en todas partes” y conducen al Reino
que, evidentemente, no ocupa un simple lugar geográfico.
Una referencia a sucesos tan remotos,
como la perversa asociación entre los Dioses Traidores y el Demiurgo, tenía
como finalidad servir de introducción para un hecho que voy a destacar enseguida:
cuando el Demiurgo conviene con los Dioses Traidores ceder a estos el control
de la Jerarquía
les entrega el signo Tifereth que
representa a uno de los diez Sephiroth y permite un control total sobre los
Aspectos formales de la Creación. El Signo
Tifereth es la expresión simbólica de la “manifestación material de los
Arquetipos Divinos”, Aspecto que suele sintetizarse como “Belleza del Demiurgo”. Por si no se ha comprendido bien conviene
repetir que los Demonios de Chang Shambalá quedaron en posesión de un signo que
representa todo el aspecto Tifereth
del Demiurgo, permitiendo acceder a él y compartir su Poder. Naturalmente que
el signo Tifereth es la clave de Maya, la Ilusión de lo Real, y por lo tanto: la más
terrible herramienta de la hechicería. Quien observe el signo Tifereth, el cual
es bastante complejo, “desde el mundo”, es decir, encarnado kármicamente, corre
el riesgo de abismarse inmediatamente perdiendo todo punto de referencia y por
consiguiente la razón. Por tal motivo la Sabiduría Hiperbórea
recomienda aplicar la ley del cerco al signo Tifereth para poder observarlo sin
peligro. No está de más señalar que en toda ofensiva hiperbórea contra los
Demonios de Chang Shambalá tarde o temprano se produce una confrontación con el
signo Tifereth dado que se confía en su nefasta influencia para vencer a los
hombres despiertos.
Luego que los Dioses Traidores
recibieron el signo Tifereth y construyeron Chang Shambalá ya no fue posible
para los Dioses Leales permanecer sobre la superficie terrestre. Pero tampoco
deseaban abandonar el Sistema Solar dejando tras de sí a miles de millones de
Espíritus cautivos. Y entonces planificaron la Estrategia Odal.
Pero antes ¿qué cuadro presentaba un Espíritu cautivo?: básicamente la pérdida
del Origen y la inconsciencia consiguiente, es decir, la pérdida del tiempo
propio. El encadenamiento a la materia parte fundamentalmente del
encadenamiento al “inmanente fluir de la Conciencia del Demiurgo”, o sea de la
sincronización al Tiempo del Mundo. Los Espíritus cautivos, ligados al Tiempo,
iban a tardar millones de años en recuperar su conciencia, si es que algún día
lo lograban. En esas circunstancias los Dioses, en una maravillosa exhibición
de valor e intrepidez, dan comienzo a la Estrategia Odal.
El primer problema que debían afrontar
era mantenerse “independientes” del Tiempo, pero no “fuera de él”, ya que
tendrían que seguir de cerca las desventuras de los Espíritus cautivos para
ayudarlos a evitar la confusión estratégica y, eventualmente, rescatarlos. Por
otra parte la independencia del Tiempo era necesaria para que los Dioses
pudieran conservar su propio tiempo, su conciencia del Origen, pues de otro
modo correrían el riesgo de caer también en el Gran Engaño. Pero, en tanto se
sucedieran los eones, los Dioses deberían disponer de un sitio agradable, apto
para ser ocupado y defendido por una guarnición de terribles guerreros
estelares. Estos eran los problemas principales; había otros, pero los pasaré
por alto en homenaje a la brevedad.
El procedimiento a seguir fue el
siguiente. Los Dioses Leales buscaron un sitio de la Tierra conveniente para sus
propósitos. Como tal sitio iba a
desaparecer, luego de la Oposición Estratégica , no lo escogieron dentro de un continente pues ello
habría ocasionado quizá un cataclismo, que retrasaría aún más el destino de los
Espíritus cautivos. En cambio buscaron entre las islas y eligieron una de
ellas, situada en lo que hoy sería el extremo septentrión, pero que en aquellos
días era una zona tropical, procediendo enseguida a cercarla. Siendo una isla enorme el trabajo a realizar, para
construir una ciclópea muralla de piedra en todo su perímetro, parecería hoy
una tarea imposible. Pero la Sabiduría Hiperbórea que disponían los Dioses les
dio las soluciones para acabar rápidamente con tal trabajo y en poco tiempo un
colosal muro transformaba a la paradisíaca isla en inexpugnable fortaleza. No
es posible describir la arquitectura extraterrestre de los muros pues me
perdería en explicaciones y no adelantaría mucho; sólo diré que, en algunos
tramos la construcción era semejante a la fortaleza preincaica de Sacsahuamán cerca de Cuzco, en Perú,
pero tal semejanza, debo decirlo también, era muy aproximada, ya que
Sacsahuamán es aún demasiado humana.
En la muralla practicaron una sola
abertura, cosa que sorprenderá a quienes no conozcan los principios
estratégicos de la
Sabiduría Hiperbórea. Y fuera de esta abertura, que ya he
nombrado con una denominación moderna: porta
infernalis, se colocó la Vruna de Oricalco. Llegó el momento pues de
volver sobre el Mayor Misterio.
El Gran Jefe, Kristos Lúcifer,
audazmente instalado en un lugar impensable, atrás de Venus, como Sol Negro o
expresión del Origen, decidió responder a la vil conspiración de los Dioses
Traidores con un acto de guerra. Para cumplir con Su Voluntad fue que los
Dioses Liberadores ocuparon la isla y la amurallaron iniciando la Estrategia Odal.
Pero la Estrategia
Odal tenía por objeto “despertar” y “orientar” a los hombres,
individual o racialmente, ya lo hemos dicho; entonces: ¿en qué consistía el
“acto de guerra” con que respondía Kristos Lúcifer a la Traición de los Dioses de
Chang Shambalá? Concretamente: el golpe de guerra estaba dado por el Gral.
Pero no era tan sencillo lograr que el
Gral, una vez ingresado en el plano físico permaneciese simplemente ubicado en
un lugar, por ejemplo en un altar. Por su carácter atemporal, como reflejo del
Origen, el Gral cual verdadero diluyente universal lo atravesaría todo y se
perdería de vista... especialmente si para quien le mirase transcurriese el Tiempo del Mundo. El Gral no puede ser asentado
sobre ninguna substancia que fluya a impulso del Aliento del Logos, es decir,
que fluya temporalmente, pues se
perdería en el pasado, ya que su esencia está siempre en el Origen. ¿Qué
hacer? Hay que “preparar” un asiento material de manera tal que soporte al Gral
aunque éste permanezca en el pasado y
aunque el Tiempo del Mundo transcurra efectivamente para dicho asiento.
¿Puede construirse algo así? Solamente si entre la substancia del asiento y el
Gral se intercala un signo que neutralice
la temporalidad. Esto significa que el signo debe representar el movimiento inverso al empleado por
el Demiurgo para construir el Sistema Solar. Un signo así, que es el colmo de
los símbolos heréticos, fue empleado por los Dioses para construir el asiento
del Gral, al cual he llamado Vruna de
Oricalco.
Atención a esto porque lo diré una
sola vez: de la Vruna de Oricalco, que
es un signo muy complejo y de tremendo poder mágico, se deriva previa mutilación y deformación, la Runa Swástika ,
de la cual se han escrito tantos disparates.
Para construir el asiento del Gral se
optó por una piedra cristalina de color azul violeta, semejante a un ágata. En
su parte superior, en una zona ligeramente cóncava, se engastó una Vruna de
Oricalco hábilmente cincelada por los Dioses Leales. Y una vez concluido el
asiento se lo depositó fuera de las murallas de la isla, en dirección a la porta infernalis, pero a muchas millas
de allí, en una región continental.
Será difícil que alguien pueda
imaginar el maravilloso espectáculo del Gral descendiendo en los siete
infiernos. Tal vez si se piensa en un Rayo Verde, de brillo cegador e
influencia gnóstica sobre el vidente, ante quien los Demonios giran sus fieros
rostros helados de espanto; un Rayo que, cual hoja segadora de invencible
Espada, va rasgando los cuatrocientos mil mundos del Engaño buscando el Corazón
del Enemigo; una Verde Serpiente Voladora que porta entre sus dientes el Fruto
de la Verdad ,
hasta entonces negada y ocultada; si se piensa en el Rayo, en la Espada , en el Fruto, en la Serpiente , tal vez así
sea posible intuir lo que ocurrió en aquel momento crucial cuando la Verdad fue puesta al
alcance de los Espíritus cautivos. Sí porque desde que el Gral se asentó sobre la Vruna de Oricalco el Arbol
de la Ciencia
quedó plantado al alcance de aquellos que, completamente confusos, vivían en el
Infierno creyendo habitar un Paraíso. ¡De ahora en adelante podrían comer su
fruto y sus ojos serían abiertos!
¡Aleluya
por Kristos Lúcifer, la
Serpiente del Paraíso! ¡Aleluya por aquellos que comieron del
Fruto prohibido: los hombres despiertos y trasmutados!
¿Cuál fue el siguiente paso de los
Dioses? Previamente a la caída del Gral, pero cuando este fenómeno ya estaba
ocurriendo en otros planos, aplicaron la ley del cerco a las murallas de la
isla aislando el área interior de la
exterior. Para comprender el efecto que tal acción estratégica produjo hay
que tener presente que ésa era la
primera vez que se liberaba una plaza en el Sistema Solar. Cuando un anillo
de fuego pareció brotar de las imponentes murallas y ya no se vio más hacia el
interior de la isla, envuelta en una extraña nube vibratoria y flamígera, el
Demiurgo comenzó a sentir amputada su substancia. La Estrategia de los
Dioses apuntaba a ganarle, no solamente el área plana de la isla sino también
su relieve, sus montes y valles, sus lagos y bosques, sus vegetales y animales;
la isla, país vasto, era también una gigantesca Arca de Noé que debería recibir
durante milenios a los hombres que lograsen despertar y huir de las cadenas
materiales y también a aquellos que se hubiesen trasmutado luchando a muerte en
las batallas.
Todo un país sustraído al control
inmanente del Demiurgo era una experiencia nueva, pero, como quiera que esto
hubiese sido posible, lo cierto es que la isla continuaba allí: oculta por una
barrera de fuego pero en el mismo lugar. Es por eso que la reacción del
Demiurgo hizo temblar la Tierra ,
buscando afectar de algún modo aquel fenómeno incomprensible y recuperar el
dominio de la “plaza”. Terribles maremotos agitaron los mares adyacentes y
vientos nunca vistos soplaron inútilmente contra las titánicas murallas; el
cielo se oscureció por las nubes de ceniza de volcanes súbitamente despiertos y
el fondo del océano amenazaba con partirse e intentar tragar a la isla
“liberada”.
El mundo parecía haber enloquecido,
mostrando el espectáculo terrorífico de todas las fuerzas de la naturaleza
“descontroladas”, cuando, “como si fuese el colmo de las abominaciones, el Gral
descendió sobre la Tierra ”.
¿Qué podría agregar para dar una idea
de lo que sucedió allí? Ya dije que es muy difícil describir, y hasta
mencionar, un suceso que generó una irritación perpetua en los Demonios. Tal
vez este comentario le diga algo, Dr., si recuerda las explicaciones
cabalísticas de Bera y Birsa: “al caer el Gral sobre la Tierra , más allá de los
trescientos setenta veces diez mil Mundos, el Gran Rostro del Anciano lanzó un
aullido de horror que aún se oye
reverberar en los confines del Cosmos”.
No bien el Gral se hubo asentado sobre
la Runa de
Oricalco los Dioses Leales practicaron la Oposición Estratégica
logrando, ahora sí, que la isla amurallada se tornase invisible, desapareciendo
para siempre de la superficie terrestre. De allí en adelante los hombres
dormidos hablarían del Valhala, la morada de los Dioses, y también de
Hiperbórea, la “isla tragada por el mar”, pues el Mito original, trasmitido
carismáticamente por los Dioses ha sufrido distintas caídas en el exoterismo
debido a la impureza de sangre de los hombres dormidos.